domingo, 20 de marzo de 2022

ANECDOTAS LAMBAYECANAS "REBUSCADAS"

 

ANECDOTAS LAMBAYECANAS “REBUSCADAS”

Las anécdotas son relatos breves que giran sobre hechos reales, pero a veces para hacerlos más atractivos es posible se exagere en ciertas cuestiones. Siempre recordaremos las anécdotas de Nixa o de “Lata” Rázuri, por lo que quise buscar y buscar anécdotas perdidas en la selva de escritos nacionales. He aquí algunas de las halladas.

En “Semblanza del Coronel Manuel C. Bonilla”  de María B. de Gaviria. publicado en la Revista del Centro de Estudios Histórico –Militares del Perú N° 21 - 1973-1975)


                                                                Manuel C. Bonilla C.

En 1904 se le encargó al Sargento Mayor en esos momentos Manuel C. Bonilla Castro (Eten 1873 / Lima 1954)  la organización de los cordones sanitarios de Paiján y Pacasmayo, pueblos que venían siendo asolados por la peste bubónica, misión que cumplió con abnegación  alcanzando el éxito esperado. 



Aquí viene el anécdota: “Cuando estaba semidormido y se le hablaba, contestaba en forma coherente. El Ministro de Guerra, de aquella época, le envió un telegrama que decía: DIGA MEDIDAS IMPEDIR ENTREN RATAS, y su ayudante se lo leyó cuando estaba él recostado, creyéndolo despierto inmediatamente tuvo la respuesta: FORMAR CORDON GATOS. Creyendo era una clave, su secretario lo envió  se armó en Lima tremendo laberinto”.

 

                                                           Germán Leguía y Martinez

Siendo Presidente Consejo de Ministro Germán Leguía y Martínez (Lambayeque 1861/Lima 1928), era conocido por su seriedad y dureza en sus actos políticos con el apelativo de “El Tigre” , es por eso que en 1921 en la revista “Variedades” N° 684 en la sección “Chismografía Nacional” (Frases, anécdotas, tradicioncillas de toda época y de todo color, menos del subido)Firmado por ALEX. Le recuerdan un anécdota sobre cuando era niño dulce, tímido, huraño y montubio.


El anécdota es:
“En cierta ocasión hubo un nacimiento en la casa y muchos fueron los visitantes y contertulios a la hogareña fiesta. Germancito no quería salir por nada a la sala, hasta que la abuelita impaciente, lo tomó de un brazo y lo sacó. Pugnó el chico por desasirse, lo consiguió al fin y salió corriendo gritando: “Me come la gente, me come la gente”. Cundió la frase y durante mucho tiempo llamósele así “Me come la gente”, primer apodo que tuvo el hoy Presidente del Consejo”.

En el “Almanaque Peruano” (Anuario Militar) de Juan Miguel Galvez de 1932 hay una recopilación de anécdotas hechas por Enrique Demetrio Tovar y Ramírez ((1890/1947) autor de muchos libros entre ellos Gran Diccionario de la Lengua Española (1942), tituladas “Virutitas Históricas” y entre ella hay una de nuestra región.

Titulada POR NO CAMBIAR DE DISCO, siendo la siguiente: “Cierto Alcalde distrital de Chiclayo tuvo necesidad, hacia fines del pasado siglo, de pronunciar un discurso a nombre de la población, pues tratábase de saludar al Prefecto del departamento a su paso por allí. Mas como nuestro héroe no pudiese escribir por si mismo la pieza oratoria, marchó a la misma capital de la provincia, en donde un tinterillo “muy leído” le confeccionó el discurso.

Llegado el día dl arribo del Prefecto, el bueno del Alcalde recitó de memoria el trabajo “del otro” y obtuvo éxito estupendo. Todos le dieron sendos apretones de manos y se escucharon algunos Hurahs a la dignísima autoridad comunal. El discurso fue excelente….Es indudable que el tinterillo hizo el trabajo a conciencia. Comenzaba la inmortal pieza así: “Si hay momentos felices en la vida, el presente es uno de ellos…”.



Amigos y adversarios del Alcalde orador, comentaron el discurso, y procuró nuestro hombre no olvidar ni una sola palabra de su mágica oración que tan bien impresionara a su señoría el Prefecto.

Pocas semanas mas tarde, en circunstancias muy distintas y ante muchedumbre diferente de aquella que asistiera a la recepción del Prefecto, fue el Alcalde invitado a hacer usa de la palabra.

El jefe de la comuna recordó su éxito oratorio, y sin fijarse que hablaba ante un ataúd, ante el cadáver de uno de los ediles de su Concejo presisamente, comenzó: “Si hay momentos felices en la vida, el presente es uno de ellos….”.

Y aquel día el señor Alcalde no pisó los umbrales de la inmortalidad, ciertamente”.    

Estas son algunas anécdotas, que deleitará con su lectura, para conocer algo más de nuestra región.  

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