lunes, 27 de abril de 2020

EL HOMICIDIO FRUSTRADO DE UN CIUDADANO INGLES (1868)





EL HOMICIDIO FRUSTRADO DE UN CIUDADANO INGLES (1868)

Finalizado el combate en Chiclayo y el consiguiente triunfo de don Jose Balta Montero sobre las tropas gobiernistas al mando de Mariano Pio Cornejo la mañana del 7 de enero de 1868, la exaltación popular hizo que los dias posteriores fueron convulsionados, no solo en la provincia de Chiclayo sino tambien en la de Lambayeque.
Dos dias despues, es decir el 9 de enero, Balta expidió un decreto en que ofrece y empeña su palabra de que los desastres serán reparados, lanzando una proclama al pueblo de Chiclayo ratificando su propio decreto: “Vuestras casas han sido saqueadas y demolidas, la ciudad convertida en ruinas, y por todas partes se encuentran solo las huellas de un vandalage destructor. Yo os ofrezco solemnemente que tantos estragos serán reparados”.
La convulsión y el vandalismo se traslada tambien a la provincia de Lambayeque mediante turbas que fueron encabezadas por los Gobernadores de varios pueblos, instigados segun decían, por el subprefecto de esta Provincia.




Es en estas circunstancias que el ciudadano ingles don James (Santiago) Feeley Mc Evoy, * residente y comerciante en el pueblo de Jayanca, el 13 de enero de 1868 sufre el saqueo de sus tiendas de comercio, ganados y otras propiedades, por turbas capitaneadas por el Gobernador de Motupe y Jayanca. Golpeado, aprisionado, “cargado en cadenas” fue llevado a Lambayeque y despues expulsado por orden del Subprefecto de la Provincia don José T. Tello; Santiago Feeley fue obligado también a abandonar en Jayanca dos máquinas que trataba de instalar en ese lugar, una de las cuales era para descascarar arroz y otra de congelación.
Las personas que casi le causan la muerte a este ciudadano ingles fueron reconocidas como: Carlos Mogollón, José María García y N. Mampuche, atentado que comenten no solo contra él, sino tambien contra don Antonio Napoleón Pastor Sevilla (Lima 1833/ ? – Hermano de heroe lambayecano en la guerra con Chile Mariano Pastor Sevilla). En esta asonada fallece la adolescente Evelina Valdez, siendo acusados Carlos Mogollón (el también acusado por Feeley), Juan Castañeda, don David Doig ** y otros. Lo curiosos es que este ultimo inculpado posteriormente, meses después llega su nombramiento como Subprefecto de la provincia, pero a raiz de este juicio presidido por el Juez de 1° Instancia de Lambayeque, es inhabilitado. (Ya el subprefecto Tello habia sido destituido y encarcelado, nombrandose en su reemplazo a don José Castañón).




Todo esto también acarrea conmoción politica. El Ministerio de gobierno envia, segun comunicación al Prefecto del Dpto. de La Libertad con fecha 14 de diciembre de 1868 lo siguiente: “Por el vapor que sale hoy para el norte, marcha el coronel graduado don Pedro C. Vizcarra, nombrado Subprefecto de la provincia de Lambayeque, a encargarse de dicha subprefectura...”.Con el pasar de los dias y sin “prestar las fianzas y el debido juramento” ha realizado las acciones convenientes como autoridad política,  comunicandose y haciendo coordinaciones directamente con el  Gobierno Central y solo remite copia de esas notas al Prefecto del Dpto. de la Libertad el militar Francisco de Paula Secada Benavides (Tarma 1819 / Lima 1896 ) dando motivo a su renuncia por los hechos expuestos, el 31 de diciembre de 1868. Renuncia no aceptada; aclarandole e informandole que dicha subprefectura (de Lambayeque) depende en todos los actos oficiales referentes a la administración pública de dicha Prefectura.


Casi un año despues, el 16 de noviembre de 1869 se forma en Lima una Comisión mixta que examinará y decidirá las reclamaciones que contra el gobierno peruano tengan interpuestos subditos ingleses, en este caso uno de ellos don James Feeley. Siendo nombrados comisionados: Por el lado peruano fue nombrado el Vocal de la Corte Superior de Moquegua doctor Pedro Carbajal y por el lado britanico Enrique M. Ravorg y como tercer dirimente es nombrado el subdito italiano don José Bianchi ***.
James (Santiago) Feeley en su reclamación pedía como indemnización S/. 160,445.40 soles por el saqueo de sus propiedades y efectos, por las vejaciones, ultrajes y prisiones sufridas mas los intereses de dicha suma hasta el dia de su pago.


Al no llegar a un acuerdo las partes, el tercer dirimente don José Bianchi sentencia como pago a Feeley la suma de S/. 32,000 soles como indemnización y S/. 8,000 soles por los perjuicios sufridos por la no implatación de sus maquinarias, dejando a salvo el derecho del reclamante para recoger sus maquinas y perseguir a los autores de los atentados cometidos en su persona. Este fallo es dado el 1 de febrero de 1871.
Despues de sucedido los hechos materia de la posterior reclamación e indemnización; aquel 13 de enero de 1868 el Sr. Feeley realizó su protesta escrita a los Consules de Gran Bretaña y de los Estados Unidos en Lambayeque  presentando la relación de los efectos saqueados y máquinas perdidas, además presentó un escrito al Juez de 1° Instancia de Chiclayo ofreciendo información de testigos , todo esto negado por el Juez en Mayo de 1868 fundandose en la circular del 13 de setiembre de 1853 (expedida unica y expresamente para impedir que los juzgados admitiesen expedientes con relación a la ley de consolidación de la deuda interna; ley del 25 de diciembre de 1851 . Decreto que se acomodó a los acontecimientos de Lambayeque). Despues de aquella expulsión dada por el subprefecto Tello, regresa el sr Feeley a Lambayeque habiendo transcurrido dos meses.


Como nota curiosa diremos que no solo el sr. Feeley tuvo gente que hasta atestiguó a su favor, sino que hubo una persona (doña Josefa Gutierrez) que envió una carta al gobierno dando a conocer que “los intereses saqueados, habian sido de su propiedad, y no de la de Feeley, y que este abusando de ciertas relaciones que habia tenido con su hija doña Amacilia Bazo, sin ser mas que un simple partidario en dichos intereses ...“. Testimonio que la Comisión mixta no tomó en cuenta ya que dicha señora no presentó pruebas de su afirmacion.




*Santiago Feeley Mc Evoy: Nace en Arlas, Queen, Ireland en 1836, contrae matrimonio en la Iglesia San Pedro de Lambayeque en 1870 con la señora Maria Mercedes del Castillo Guía (Lambayeque 1850 / Lima 1925) ella en segundas nupcias, tuvieron cinco hijos. En alguna fecha de la decada de 1870 el señor Feeley llega a ser Consul Britanico en Lambayeque.

**Juan David Doig Baraona: (Lambayeque 1831 / ?) fue hijo de John Doig Hutchinson (Escocia 1792/1865), su madre fue Maria de los Dolores Baraona Rioja, Casó con Susana Zavaleta.

***Es posible que el hijo del tercer dirimente sr. Jose Bianchi, llegó a vivir a Chiclayo; don José Aristides Bianchi y Treviño (Lima 1878 / Lambayeque 1934) casó con Rosa Amalia Monsalve Baca y tuvieron varios hijos. Este Sr. Bianchi al parecer no era familiar de Cesar Bianchi Schaffo (1860/1926) quien embelleció el parque de Chiclayo al regalar bancas de marmol (ver articulo de Carlos Zuloeta Aguinaga en Suplemento Dominical de “La Industria” de Chiclayo el 24 de setiembre del 2006)

BIBLIOGRAFÍA

-“Memoria que debió presentar el Ministro de Relaciones Exteriores Don José Loayza al Congreso Nacional de 1872”.
-“Correspondencia Diplomatica relativa a la Comisión mixta Peruano-Americana establecida por la convención del 4 de diciembre de 1868 y procedimientos de dicha comisión presentada al Congreso de 1970”.
-“Boletín Oficial de Leyes, decretos, resoluciones y oficios del  Gobierno” – 1° Semestre de 1869

-Dibujos de Noé Solano V. Insertados en el libro “Anecdotario Nacional” de Carlos Fernandez Mora –Tomo 2 . San José – Costa Rica 1956.

domingo, 19 de abril de 2020

INICIOS DE LA CATEDRAL DE CHICLAYO




LOS INICIOS DE LA HOY CATEDRAL DE CHICLAYO



Despues del triunfo de la revolución de don José Balta el 7 de enero de 1868, como ya es conocido, los chiclayanos escogieron se le construya una catedral (que para 1959 despues de muchas décadas abre sus puertas a la feligresía chiclayana). Pero nos hemos preguntado ¿Como se inició esta obra? ¿Que detalles se dan al respecto?



Grabado de 1887

Para mediados de 1869, el Presidente de la República don Jose Balta Montero le da la orden verbal al ingeniero Felipe Arancibia de hacer un plano de una “Iglesia grande y suntuosa” para la ciudad de Chiclayo lo mas pronto posible. En cumplimiento del pedido entregó un plano, olvidandose del tema, abrigando la idea “que no se llevaría a cabo”.

A inicios de aquel año de 1869 el gobierno nombra a don Francisco de Paula Cortiguera como tesorero en las obras que se realizan en Chiclayo abonando las planillas y sueldos devengados que pase el ingeniero Towsend que ya desde el 31 de diciembre de 1868 fue nombrado “Ingeniero de Estado” con un sueldo de ciento sesenta pesos mensuales.



Parque Principal de Chiclayo en 1910

En abril de 1870, a solicitud del Ministro del ramo con la finalidad de dar detalles para la prosecusión de la obra e inspeccionarla, viaja comisionado por la Junta Central de Ingenieros el sr. Felipe Arancibia autor del plano de la Iglesia para Chiclayo. Su apreciación es como sigue: “Empredí mi primer viaje para Chiclayo en el mes de abril de 1870 y sí, me sorprendió el saber que se estaba trabajando la obra, cuyo plano había dado yo, mucho mayor fue mi sorpresa al ver que el trabajo que se había hecho: todas las paredes tienen 6 metros de altura fuera de los cimientos; además la albañilería de ladrillo toda había sido bien construida, salvo el accesorio espesor de las uniones que no bajaban de 15 milimetros, llegando en algunos casos hasta 20. Pero fuera de esa inperfeccion muy arraigada en los albañiles del pais, la obra la encontré buena y representaba hasta en los detalles el plano que se había aprobado”....”El volumen de la albañilería hecha hasta esa fecha, es decir en seis meses mas o menos, no bajaba de 3,000 metros cúbicos”.



                                                 Parque Principal de Chiclayo (años 10 del siglo XX)


Esto nos demuestra que la obra se inicia aproximadamente en octubre de 1869 y el inicio de su construcción fue bastante rápida, la obra continuó con el mismo esmero con que se inició, pero con menos rapidez ya que por la altura que se iba trabajando la dificultad era mayor, sumandole a esto la escasez de fondos que paralizaron la obra en varias ocasiones.


                                                          Parque Principal de Chiclayo 1918


Para 1874 el ingeniero Arancibia ya habia visitado Chiclayo por cuatro veces mas, con el fin de inspeccionar la obra. Por su importancia histórica transcribo como la describe: “La forma general de la Iglesia de Chiclayo es la de una cruz latina. El cuerpo principal está dividido en tres naves; la central de 15 metros de ancho y las dos laterales de 6 metros 50 cada una. La prolongación de la nave principal, forma el coro bajo en el cual estará colocado el altar mayor. Entre el coro bajo y el cuerpo principal de la Iglesia está el crucero destinado a llevar 4 altares, dos en frente de las naves laterales y uno contra la parte cilíndrica de cada extremo del crucero. A cada lado del coro bajo hay un cuarto destinado a servir de sacristía. La altura del piso interior de estos cuartos sobre el nivel de la plaza, permite que, cada uno de ellos tenga un subterraneo que servirá de depósito o bodega (....) Las torres sobresalen de los muros laterales y del de la fachada, de modo que cuadran el pórtico con intercolumnios que se han colocado delante de las tres puertas principales (....) El coro alto debe ocupar los dos primeros intercolumnios contra el muro de la fachada y prolongarse hasta sobre las columnas del pórtico, de modo que llega a tener 26 metros de ancho y 13 de profundidad, medida sobre el eje longitudinal del templo. El piso interior de la iglesia está a 1 metro 22 mas alto que el terreno natural de la plaza. Para salvar esa diferencia de nivel, se han proyectado tres escaleras, una de 20 metros de ancho delante de cada una de las puertas laterales.....”.



                                   Vista del Parque de Chiclayo y la esquina del atrio de la Catedral en 1910




El ingeniero Arancibia además brinda las dimensiones horizontales y verticales de las cuales solo tomo un par de cada una: Largo total medio sobre el muro de sostenimiento 87 m. / Ancho id. id. 51 m. /- Profundidad de los cimientos bajo el nivel del terreno natural 1.23 m. / Altura de las torres sobre el id. id. 50 m. (he cogido las medidas extremas).

Ademas describe varias fallas que encuentra en la construcción como los arcos pequeños que unen entre ellos las columnas de la misma hilera, algunos de los arcos de la nave principal se habian rajado, lo mas serio que descubre es el hundimiento de las torres por la humedad, de todo esto hace una descripción técnica al igual que sus posibles soluciones.



                                                                                           Para 1920 

En lo referente a las torres piensa en dos soluciones, quitarles peso destruyendo el segundo cuerpo para hacerlas de caña, pero reconoce que estan bien hechas y se inclina por la segunda opcion, drenar el suelo mediante una zanja profunda rellena con piedra grande sin mezcla, conduciendo así las aguas de filtración a un lugar conveniente. (si se llegaron a realizar estos trabajos, esperemos que las refacciones u obras hechas en los ultimos 100 años en la Catedral y su alrededor como las pistas y el sistema de agua y desague no hallan dañado este drenaje).

Para esas fechas, año de 1873 el costo calculado para terminar la Iglesia era de S/. 113,500.00 soles. El Supremo gobierno habia resuelto enviar cinco mil soles mensuales para su culminación, pero solo se cumplia en forma intermitente. El ingeniero Arancibia además solicitaba la madera para el piso y techo del coro solicitados a la “Casa de Pingel y C°”.


                                                                    La Catedral en los años 40 del siglo XX


Esto es a grandes rasgos el informe presentado por el ingeniero Felipe Arancibia a la Junta central de ingenieros, quienes luego lo elevan al Ministro de estado en el Despacho de Gobierno el 28 de agosto de 1873. Esperando haber dado a conocer una parte de la historia olvidada de nuestra Catedral de Chiclayo.


                                                Catedral vista a principios de los años 20 del siglo XX

BIBLIOGRAFIA

-Anales del cuerpo de Ingenieros del Perú- Tomo segundo. Lima 1874
-Boletín oficial de leyes, Decretos, Resoluciones y Oficios del Gobierno- 1 semestre de 1869. Lima
-Ilustraciones : Grupo de Facebook “Antiguas fotos de Chiclayo”.











lunes, 6 de abril de 2020

FIEBRE AMARILLA EN CHICLAYO (1921)






RELATO QUE ESCRIBÍ EN EL 2013 SOBRE LA EPIDEMIA DE FIEBRE AMARILLO QUE SE DIO EN EL NORTE DEL PERÚ Y FUE CHICLAYO DONDE SE DIÓ LA LUCHA, PARA EVITAR LLEGUE A LIMA EN LA CELEBRACIÓN DEL CENTENARIO DE NUESTRA INDEPENDENCIA Y PARA COINCIDENCIA , AHORA SE PRESENTA ESTA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS MUY CERCA DE LA CELEBRACIÓN DE NUESTRO BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA. RELATO BASADOS EN HECHOS HISTÓRICOS.





LA FIEBRE AMARILLA
LLEGA A CHICLAYO


Capítulo 1
REGRESO A SU TIERRA

Era el mes de Febrero y apenas hacía unos días que Joaquín, después de algo más de quince años había vuelto a su Chiclayo. Transcurría el año del centenario de nuestra independencia; Joaquín contaba ahora con medio siglo de vida y deseaba quedarse ya para siempre en su suelo natal. Estaba bastante impresionado por los cambios que había encontrado. Chiclayo ya no era el pueblito de comienzos de siglo.
Recordaba que un par de años antes de su partida, la peste bubónica había sido un grave problema para la ciudad. Ahora  encontraba, por ejemplo, que ya existía una Corte Superior de Justicia acondicionada  en un segundo piso construido en el Colegio San José. A ello se añadía la existencia de dos cines: El Pathé  y el Gaumont, de un nuevo Palacio Municipal en plena construcción y la grata sorpresa de  encontrar otra estación de  ferrocarril, la de Pimentel.
Joaquín estaba caminando por el Parque Principal y observaba  un movido paso de automóviles; eran pocas las carretas que circulaban pues ahora veía pasar hasta camiones marca “Wichitta” con bancas a los costados para pasajeros;”¡Que modernidad!”, se dijo para sus adentros.




                                                               Antiguo bus que recorría Chiclayo

 Cruzó la calle Elías Aguirre y entró a tomar un refresco en el Salón “Mikado” del señor Ohashi y mientras lo bebía recordó que en el recorrido de la ciudad a su regreso, había visto un coliseo de gallos en la calle “San Isidro”  y que en el Hospital de “Las Mercedes” de la calle San Sebastián aparecían grandes y hermosos pabellones, como el obsequiado recientemente por el señor Cuglievan, que ahora estaban siendo atendidos por monjitas de la orden francesa de “La Caridad”. También se había enterado de  que próximamente, en julio,  iban a inaugurarse las oficinas administrativas de la Beneficencia Pública en la misma calle “San Sebastián”, mientras en la Plazuela Aguirre se ubicaba  una nueva   plaza de toros que sólo disponía de galería y tendido. Supo  asimismo  que los extranjeros afincados en la ciudad colaboraban  con su progreso; algunos  se habían organizado como era el caso de los japoneses en su Sociedad de Auxilios Mutuos y de los chinos  que ya tenían un Asilo de Ancianos con gran esfuerzo de la colonia. Estaba entusiasmado de que hubiese un  camino carretero a Lambayeque y para experimentar esa nueva sensación de ir en automóvil a otra ciudad, pensaba hacer un viaje en un auto alquilado.


                                                    Fabrica de velas del Sr. Montenegro 

Durante un recorrido de  días antes había encontrado un camal que funcionaba desde 1910 y, en el lado sur, la fábrica de velas del señor Montenegro muy cerca de la nueva estación de ferrocarril. “¡Qué cambios!”, se repetía internamente. ”Hasta hay un nuevo cementerio camino a Pimentel; ya se dejará de usar el de Patazca donde están enterrados los muertos de la peste bubónica desde aquel año de 1904”. Recordó aquel letrero en el fondo del cementerio de Patazca: “Peste 1904 a 1917”, colocado para que durante ese periodo no fuesen removidos los sepulcros de los fallecidos por la peste bubónica*;  se  estremeció al pensarlo y se dijo: “Ojalá no los remuevan nunca” y, a continuación, : “ahora incluso hay un automóvil de la Beneficencia como carroza fúnebre para el traslado de los difuntos al nuevo Panteón”.

                                                          Cementerio de Patazca comienzos del siglo XX 

Ensimismado en sus pensamientos fue abruptamente sacado de ellos por una señora que con sombrero de paja, falda larga y un costalillo le dijo:
*Ver mi relato “Cuando la Peste nos visitó” (2010)





- Señor,  cómpreme mis naranjas de Canchaque,  ricas y jugosas.
- “No, gracias”, le respondió cortésmente y,  mientras la señora se alejaba, recordó haber visto muchas vendedoras de frutas y comida -como higadito sancochado con su ají y  panquitas de life-  en el mercado y  las estaciones de tren, lugares con tal  cantidad de cáscaras de frutas y restos de comida regados por el suelo  que los convertía en muladares. “Éstos son los problemas que trae la modernidad”, se dijo  a sí mismo.
Pasados  unos minutos hicieron su ingreso al salón “Mikado”       tres señores bastantes mayores, uno de ellos ya anciano, portando un estandarte de la bandera del Perú en cuyo interior bordado se podía leer: “Sociedad Sobrevivientes del 79- Chiclayo” “. El de más edad  se dirigió a Joaquín:
-Señor, buenos días, con el respeto que se merece estamos solicitando la colaboración voluntaria de los ciudadanos para apoyar a uno de nuestros asociados que se encuentra muy enfermo.
Joaquín se apuró en darle unas monedas a la vez que le preguntó: ”¿Usted  luchó contra los chilenos? Yo era un niño en esos años”.
Con voz cansada, el anciano le respondió: “Mi nombre, caballero, es Manuel Seclén y no sólo luché contra los chilenos sino que cuando era  muchacho apoyé a don José Balta en su revolución -que los chiclayanos también  hicieron suya; fui quien le consiguió las armas blancas para que en el asalto final del siete de enero los chiclayanos luchasen cuerpo a cuerpo con las tropas gobiernistas*. En estos últimos años de mi vida estoy apoyando a mis compañeros de batallas ya que muchos están en la mendicidad.
*Ver mi relato “La Epopeya Chiclayana” (2011)

                                                             Sociedad Sobrevivientes de 1879


-Gracias por sus palabras señor Seclén, lo felicito y quiero decirle que es injusto que después de haber dado todo por la patria se termine en el olvido. Le deseo suerte.
Joaquín vio alejarse a los viejos soldados  y se dijo a sí mismo: “Ellos han sobrevivido y dado mucho por el país y por nuestro pueblo en tanto que yo sólo he sobrevivido a una epidemia de peste bubónica y no he hecho aún nada por mi pueblo”.
En ese momento vio que ingresaba  a tomar  un refresco un personaje al que reconoció de inmediato. Joaquín se levantó y se acercó a saludarlo:
-“Doctor Ugaz, qué gusto me da volverlo a ver después de tantos años”, dijo mientras le extendía la  mano.
-Cómo está usted amigo. Discúlpeme por no recordar su nombre pero lo recuerdo perfectamente; usted era el amigo del doctor Arias y estuvo con él cuando se presentó la peste bubónica en la Villa de Eten. Lo que son las cosas amigo, qué coincidencia, nos volvemos a encontrar en situaciones parecidas.
-“¿Qué pasa, otra vez hay peste en Chiclayo?”, preguntó Joaquín con apuro y angustia.
-No se alarme amigo, la peste está en el Puerto de Paita y además hay una epidemia de fiebre amarilla en Piura que amenaza con llegar acá. Hay noticias de que se encuentra en Olmos y Motupe por lo que ha venido un médico norteamericano a fin de tratar de que la epidemia no alcance a
Chiclayo o se controle en lo posible; voy a una reunión a la Municipalidad.

-“¿Lo puedo acompañar doctor?, hace un momento me preguntaba qué podía hacer por mi pueblo y creo esta es la oportunidad, además ya soy veterano en estas lides”, dijo  Joaquín, soltando la carcajada junto con el Dr. Ugaz.
-Bueno amigo … Joaquín … ya recordé ése es su nombre, recordarlo  era cosa de tiempo, esta cabeza con los años me está comenzando a fallar. Vamos juntos, la reunión es pública.






Dr. Juan del Carmen Ugaz Maradiegue

CAPÍTULO 2

REUNIDOS PARA AFRONTAR LA EPIDEMIA

El local provisional del  Concejo Provincial se encontraba en la calle 7 de enero # 123. Disponía de un  pequeño salón de reuniones en el que estaba dispuesta la mesa de honor con las autoridades y frente a ella el público asistente. El Dr. Ugaz y Joaquín ingresaron al salón, tomaron asiento  y de inmediato el Dr. Ugaz empezó a poner al día a Joaquín:
-Como usted ha estado fuera muchos años, debe estar desactualizado: el señor del centro es el Teniente Alcalde Germán O. Gorbitz que está a cargo de la Alcaldía, el de la derecha es el Prefecto don Moisés Escurra y el de la izquierda el Presidente de la Beneficencia Pública, el señor Francisco Cúneo Salazar a cuyo lado se encuentra el médico titular, el doctor Armando Alva Díaz; las otras personas son foráneas.



Sr. Francisco Cuneo Salazar

Joaquín agradeció al doctor por la  información.
El alcalde se puso de pie  y habló:
-Muy buenos días a todas las autoridades presentes y a los dignos visitantes que nos honran con su presencia. Los felicitamos por su voluntad manifiesta de ayudarnos en estas horas difíciles. El señor prefecto que preside la Junta Sanitaria Departamental me ha cedido gentilmente la palabra  ya que el trabajo que desempeñamos es de equipo y tanto él como cualquier otro miembro de la Junta podría haberse dirigido a ustedes. El tema que nos reúne este día es estrictamente sanitario y  quién mejor que los profesionales de la salud que se encuentran aquí para que lo expliquen con conocimiento de causa. En consecuencia, dejo en el uso de la palabra al señor Francisco Cúneo, Director de la Beneficencia:


                                                          Prefecto: Moises Escurra

-Gracias Sr. Alcalde, esta Junta Sanitaria tiene sus funciones bien definidas y debemos tratar de cumplirlas  lo mejor posible tomando las medidas preventivas que sean las más eficaces para impedir la invasión y propagación de epidemias. En esa tarea estamos y el médico titular es la persona que ha estado más cerca del problema y lo conoce mejor por lo que debemos escuchar con atención lo que nos pueda decir el doctor Alva Díaz:

                                                                Dr. Alva Diaz

-El nuevo reglamento de Médicos Titulares de 1915 estableció    veintinueve obligaciones formales a las que tratamos de dar estricto cumplimiento. El veinte de noviembre del pasado año de 1920 diagnostiqué fiebre amarilla en un enfermo en Ferreñafe, pero recién el veintitrés de enero de este año se dio la alerta de la epidemia. En ese  momento se produjo un  levantamiento del pueblo, con ataques a los doctores y al personal que se encontraba allá; felizmente la oportuna y rápida intervención del señor Prefecto enviando tropas  logró recuperar la calma, pero muchos de los soldados cayeron enfermos.
 Afortunadamente, no estamos solos pues tenemos la suerte de contar con unos dignos visitantes que paso a presentar: Ellos son los médicos norteamericanos señores  Henry Hanson  y  Morris Seeley, enviados por la Fundación Rockefeller,. A ellos hay que sumar nuestro compatriota, el Dr. Manuel Jesús Quiroz, procedente de Piura en seguimiento de la epidemia y que  ha sido quien confirmó mi diagnóstico hace unos días. Invito al  Dr. Hanson a dar una explicación detallada del  trabajo que viene realizando.
-Quiero presentarme; soy Henry Hanson MD, con 44 años, graduado en Johns Hopkins University, con experiencia en combatir palodismo y yellow fever en zona Canal Panamá, contraje la fever en Piura y sobreviví de milagro. Ahora tengo,  encargo Presidente Leguía, evitar que epidemia  avance y pueda llegar Lima, más ahora que, julio, esperan delegaciones extranjeras, celebraciones de independencia. Traigo experiencia Canal Panamá sobre aplicación medidas, control vector “Aedes aegypti”. Podríamos eliminar epidemia si eliminamos lugares cría mosquitos, proteger enfermos de mosquitos y destruirlos de  casas  donde hubieran casos de yellow fever.



                                                                    Para 1921


Alcanzo señor Prefecto, resolución gobierno, donde, hago cargo todas actividades sanitarias, desde Callao hasta frontera norte. Espero colaboración absoluta. Espero también  pronta llegada de otro médico de mi país,  doctor Carter.
Señor Alcalde, permítame recomendarle como apoyo combatir epidemia, mejorar  servicio  recolección destrucción basura.
-“Efectivamente”, respondió en el acto el Sr. Gorbitz: “Contamos con un mejor servicio de recojo de basura. Se adquirió hace unos años seis carretas con sus respectivos mulos y enseres y contamos en la actualidad con una buena cantidad de galones de Kreso, que están a su disposición cuando Ud. Lo requiera.




                                                                        Sr. Gorbitz

El agua la suministra una empresa particular que la extrae de la acequia por bombas y la deposita en grandes tanques de fierro, siendo distribuida  en pipas de más o menos cinco galones a siete centavos, en carretas o en un carrito que corre por la línea del tranvía.
El Honorable Concejo a mi cargo, viene preocupándose por mejorar la salud pública. Estamos exigiendo que los vecinos mantengan limpios sus corrales donde pernoctan en muchos casos las vacas que por las tardes vemos regresar del campo. Es común la existencia de corrales y gallineros, lugares donde posiblemente viven ratas, pericotes amén de muchos insectos como pulgas, piojos, piques  chinches que han llegado hasta las bancas de la Iglesia Matriz, sin dejar de mencionar las moscas, mosquitos , zancudos que no dejan dormir por las noches .
Les agradecemos señores médicos por haber venido a este laborioso pueblo de Chiclayo para ayudarnos a combatir la epidemia que aqueja a nuestros pueblos, habiéndose notificado algunos casos en  haciendas como Cayaltí e incluso en Zaña.
Inesperadamente, el Dr. Ugaz se puso de pie y pidió la palabra: “Señor Alcalde y demás miembros de la Junta Departamental Sanitaria, doctores; les habla un médico que no sólo ha sido medico titular de Chiclayo sino también Presidente de la Beneficencia Pública y además Alcalde de la ciudad. Por experiencia personal puedo decirles que esta fiebre es endémica en ciertas zonas del departamento debido a la existencia de ´cierta cantidad de calor´ que facilita la proliferación de mosquitos y porque en algunos barrios sucios y mal ventilados ´el viento no dispersa a los mosquitos´. Además hay que tener en cuenta el peligro que representa para el agravamiento de la epidemia el alcoholismo, la descomposición de los alimentos mal almacenados. Por todo ello, es importante  ante esta fiebre  mantener ´la moral´”.
En  ese momento ya se agolpaban muchos curiosos en la puerta de ingreso al salón; de entre los cuales salieron unos gritos: ”Doctor, hay que cerrar la chichería de ‘Las Huevonas´”, lo que provocó  la carcajada de la muchachada allí congregada.
El Prefecto Escurra levantando la voz ordenó a los guardias que cogiesen a aquel atrevido individuo. Al escuchar la orden, los apostados en la puerta desaparecieron como por arte de magia.
El Dr. Ugaz refunfuñando salió del salón como queriendo ir tras el autor de tal osadía: “Si cojo a ese zanguango mequetrefe, se va acordar toda su vida”.
El señor  Prefecto, retomó la palabra: “El tema de la fiebre amarilla es serio, no es una comedia como la escrita con ese nombre por el ecuatoriano Nicolás Augusto Gonzales”. Y cuando volvió la calma, la autoridad invocó a toda persona que deseara apoyar a acercarse al Hotel Royal al costado de la Iglesia Nueva que era donde por el momento estaban hospedados los ilustres visitantes



                                                                                         Dr. H. Carter

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CAPITULO 3

LLEGA LA EPIDEMIA

Tiempo después, los médicos norteamericanos se encontraban en su provisional cuartel de operaciones del Hotel Royal. El doctor Carter, hablaba con el doctor Alva Díaz:
-Vamos Doctor, examinar enfermo, calle Maravillas.
Se dirigieron a la dirección indicada y el doctor Alva hizo un poco como traductor para ambos lados.
-“Doctorcito”, manifestó la dueña de casa: “Mi esposo tiene fiebre que le sube y le baja, escalofríos, le duele bastante la cabeza, también todo su cuerpo y no puede levantarse de la cama, además tiene vómitos.”
- “Señora, ¿Qué ha hecho al respecto”, preguntó el doctor Alva
-Le estoy dando baños de pies con agua bien caliente, hago que coma bastante mostaza y que tome vinagre con limón; eso me lo enseñó mi abuelita, doctorcito.
Después de la entendible traducción hecha por el doctor Alva al doctor Carter, éste examinó al enfermo dándose cuenta de que tenía las pupilas dilatadas, la lengua roja, el aliento fétido, la coloración amarillenta de la piel y hemorragia nasal. ”Señora”,  dijo el doctor Alva, ”el doctor Carter recomienda aplicar al enfermo  baños fríos cada cuatro horas. Dele, además, purgante, naranjas y trozos de hielo para evitar el vómito”
Salieron  fuera de la habitación los dos médicos y el doctor Carter le preguntó a su colega: ”¿Opina igual Doctor? ¿Yellow fever? “. “Si, doctor, definitivamente es fiebre amarilla. Ya llegó a Chiclayo” y procedió a aplicar al enfermo  el suero desarrollado por el doctor Noguchi.
Al dejar aquel hogar dieron instrucciones al personal contratado para que  fumigase  la casa.
Poco después les avisaron que había un fallecido en el Hospital de “Las Mercedes”. Presurosos, se dirigieron al nosocomio. El cadáver ya estaba en el depósito mortuorio . El doctor Carter ordenó la autopsia pero dejó el papel principal al doctor Alva ya que a sus sesentinueve años el doctor Carter se encontraba  bastante fatigado por los acontecimientos.
El doctor Alva comenzó el procedimiento diciendo: “Varón, de treintaicinco años aproximadamente, su cuerpo presenta coloración amarillenta en el pecho, cara y hasta cierto punto en las extremidades, no hay indicios de rigor mortis; al corte, el tejido adiposo es amarillo”.
El  doctor Carter preguntó:  “¿cómo está hígado?”.
Prosiguió el doctor Alva :”Hígado no hipertrofiado, color amarillo ocre, con algunas zonas dispersas de congestión capilar superficial, estómago hinchado con gas … al abrirlo, se encuentra congestión de la mucosa con vasto rezumamiento petequial, contenido color pizarra, marrón y negruzco, congestión en el duodeno y yeyuno, mucosa muy congestionada y sangrante”.
-“Suficiente”, dijo  Carter,  “yellow fever”. “No hay duda”,  corroboró el doctor Alva.

Pasaron los días y los casos que se presentaban eran más numerosos;  los médicos norteamericanos así como el doctor Manuel Jesús Quiroz y el doctor Alva acudían al llamado de los enfermos, llamado tardío ya que la gente primero se ponía en manos de brujos y curanderos; en muchos casos, éstos   daban brebajes a los enfermos y en otros sus procedimientos eran más formalistas como hacer quemar en los corrales cachos de chivo “para limpiar la casa de la enfermedad”. Así, contaminaban el ambiente  e incomodaban a los vecinos, algunos de los cuales “blanqueaban” sus fachadas y puertas con cal para que la enfermedad “no entrara”. Cuando el paciente empezaba a vomitar un líquido oscuro, el llamado “vómito  negro” (que era la sangre coagulada), recién se le llevaba a los médicos en cuyas manos moría, lo que  reforzaba la desconfianza de la gente.
Comenzaban a llegar los informes de casos en Íllimo y Lambayeque y por el lado sur en Eten y Reque.

La primera medida tomada por el doctor Hanson fue  prohibir las reuniones después de las seis de la tarde, las cuales incluían las que se realizaban en la Iglesia, cinemas, escuelas e incluso  las funciones de circo, para evitar que la aglomeración de personas favoreciera la difusión de la enfermedad.
Hanson, en uso de los poderes excepcionales dados por el gobierno, ordenó que se formaran cordones sanitarios a cargo de soldados del ejército en los límites entre Lambayeque y el departamento de La Libertad.
Por su parte, el doctor Alva Díaz visitaba pueblos como Motupe, Olmos, Ferreñafe, Eten y ponía todo su empeño  en la atención de los enfermos, al igual que en Chiclayo, aplicando vacunas o sueros desarrollados por el doctor Noguchi,  que eran traídos de los Estados Unidos como apoyo de la Fundación Rockefeller.
Por otro lado, algunos médicos locales se esforzaban por desacreditar a los médicos visitantes, señalando que al no haber “vómito negro” no podía ser la fiebre amarilla, que el diagnóstico dado estaba errado y que en todo caso era “malaria grave” o en otros casos “fiebre biliosa hemoglobinúrica” de manera que consideraban que las medidas tomadas no eran las adecuadas. Con esas opiniones provocaban entre la gente del pueblo  una mayor resistencia a las medidas dispuestas por los extranjeros..
En la tranquilidad de su hogar, Joaquín sonrió al leer una noticia según la cual el periodista habría visto que los zancudos infectados se embarcaron en el tren de Tumán y  desembarcaron en el Puerto y la Villa de Eten. Joaquín dijo para sus adentros: “Se aprovechan de las circunstancias para vender periódicos”.



                               Celebración en Chiclayo por el Centenario de nuestra Independencia , Julio 1921

CAPITULO 4

ATACANDO LA EPIDEMIA

Los médicos  trasladaron su cuartel de operaciones a una casa grande con muchos patios y habitaciones, ubicada en la calle Real, gracias a las gestiones de la Junta Departamental. El doctor Hanson  contrató  cerca de cien hombres y  les dio el encargo de evitar que los zancudos se desarrollaran en los depósitos de agua de las casas. Joaquín también se presentó al llamado del doctor Hanson  pero como voluntario. Por sus  antecedentes fue nombrado  jefe de una cuadrilla.
A todos los que iban a participar en la tarea preventiva, el doctor  Hanson les dio las siguientes indicaciones: “Revisar toda tinaja, botija, piedra de filtrar, barril o noria … hacer que personas proteger depósitos, traer informe diario.“
Al visitar las casas  se encontraban con el rechazo de la gente que no quería renovar sus depósitos de agua.  Ante esa situación, agravada en los casos en que nadie salía a atender, el doctor Hanson ordenó que  el agua fuese colada con una tela fina a fin de identificar las larvas y que, adicionalmente, se tomara nota de las casas cerradas.
 Mientras tanto transcurrían los días y las cuadrillas organizadas por zonas recorrían calle por calle, casa por casa; hasta se verificaban  los techos y  las pilas de agua bendita de la Iglesia Matriz o de la Capilla Verónica. El descontento era general, tanto así que se publicaron en un periódico los siguientes versos:

Pretextando el saneamiento/ de todo el departamento/ hay una plaga en cuadrilla/ de gentes gusaraperas/ que al pobre pueblo exaspera/ más que la fiebre amarilla.

El doctor Alva, de regreso de  los pueblos, estaba consternado. De acuerdo al registro de las autoridades, había  más de dos muertos diarios y ello sin tomar en cuenta que en las haciendas algunos administradores rehusaban proporcionar cualquier información. Fue  a ver al doctor Hanson y le pidió una mayor atención de los pueblos visitados pero la respuesta que recibió fue inesperada:
-Voy a explicarle, quede claro doctor Alva; No hay personal suficiente … atender pueblos pequeños, allí la yellow fever eliminar sola, para lograr objetivo debemos aplicar con firmeza “Key Center Theory” (Teoría de los Centros Claves): pequeños pueblos no ser amenaza, muchos se harán inmunes, en cambio, grandes urbes, como Checlayo, la yellow fever desaparecerá, si realizar rigurosa campaña contra mosquitos. Si logramos reducir  porcentaje de larvas de “aedes” de  depósitos de agua analizados,  fiebre desaparecerá automáticamente .Del huevo hasta que llegue a adulto en condiciones favorables tenemos diez días para eliminarlos.
El doctor Alva se retiró  indignado por la frialdad de las palabras de Hanson y por lo convencido que estaba de su teoría. Interiormente se preguntaba: “¿Entonces, Motupe, Olmos, Íllimo, Eten, Reque, las haciendas que estoy visitando y otros pueblos más serán abandonados a su suerte?; mientras pueda acudiré para aliviar en algo el padecimiento de la gente,  llevando suero o impartiendo recomendaciones a  las autoridades locales”.
Transcurrían los días,  finalizaba abril y eran pocos los resultados obtenidos. Continuaban las fumigaciones en las casas de los enfermos, motivo por el cual muchas personas ocultaban que tenían enfermos en casa porque estaban convencidos de que la fumigación causaba daño a sus pertenencias.
Los médicos norteamericanos trabajaban sin descanso, al igual que los peruanos. El doctor Hanson estaba indignado al enterarse de que los cordones sanitarios impuestos eran burlados permanentemente y se habían convertido en fuentes de contagio; muchos soldados cayeron enfermos y huyeron al sur junto con peregrinos y comerciantes que viajaban a alguna festividad religiosa. Hanson decía: “Si alguien influyente aparece en  cordón sanitario y paga cinco soles o una libra dicen: ‘Pase señor’”. El doctor Quiroz trataba de explicarle que eso era  parte de la idiosincrasia de los pueblos en vista del pobre nivel cultural y la reducida capacidad económica de las gentes que explicaba por qué ese tipo de actos era visto como normal.
-Sí, me duele que personas de pueblos mueran, calculo que datos oficiales son 10% de lo real, si en Motupi mueren, según, informe autoridades dos diariamente quiere decir, son veinte, pero debemos seguir principios, “Key Center Theory”; más dolerme indiferencia que observo, acá en Checlayo que al sonido, campanas, Iglesia, pasan cajones con dirección, cementerio y gente indiferente descansa en esquinas protegidas del sol, con sombreros paja y  camisas sueltas.
Pero, por otra parte, esta no era la única preocupación del Dr. Hanson. Aunque el Gobierno Peruano se había comprometido a solventar la mayor parte de los gastos de la lucha contra la fiebre amarilla, en los hechos, los organismos correspondientes del Estado nunca cumplieron con entregar el dinero según lo acordado. El Dr. Hanson multiplicó su pedido a todo nivel mediante radiogramas, desesperado por el poco dinero que disponía, procedente de la Fundación Rockefeller, ni siquiera podía pagar adecuadamente al personal contratado.

º   º   º

En base a la experiencia obtenida en Guayaquil en 1918, Hanson decidió mandar construir contenedores de agua en el patio más grande de la casa que alojaba al equipo médico y pidió que le trajeran peces de todo tipo, abundantes  en los ríos cercanos. Experimentó con seis especies diferentes, observando que los peces pequeños que más sobrevivían  y  se alimentaban de las larvas de los zancudos eran la mojarra y el chalcoque aunque el que cumplía mejor la tarea y el más resistente era el que llamaban ” life.”
Pasó otro mes y llegó junio. El  doctor Hanson reunió a su equipo y le dijo: “Vamos contraatacar epidemia, criaremos y distribuiremos peces llamados ´li-fe`, servirán como larvicidas. Estos pececillos, que su nombre se escribe li-fe como una palabra en ingles  TRAERAN LIFE (vida) a este pueblo”.
Comenzó una tarea contra el reloj. Se capturaban y  criaban los peces y con baldes las cuadrillas comenzaron a recorrer las calles, tocando casa por casa. Joaquín y sus compañeros trataban de   convencer a la gente de que acepte los pescaditos:
-“Señora, le ruego que reciba  unos pescaditos”, era el pedido cotidiano, y la respuesta habitual: “No señor, cómo quiere que deje esos pescaditos en mi agua porque cuando ´se ocupen` me la van a ensuciar”.
Un día, la curiosidad llevó a Joaquín a capturar zancudos en  la  habitación de la casa de un enfermo. Logró meterlos en  un frasco de boca ancha y con una pequeña lupa observó  aquellos animalitos tan pequeños que eran culpables de tantas muertes; vio que eran negros, con diseños blanco-plateados,  unos anillados característicos en las patas y, de pronto, sintió por  ellos una extraña sensación de respeto.
Hanson mantenía un registro detallado de gastos, casas inspeccionadas y depósitos de agua tratados. Poco tiempo pasó  para que el sistema fuera aceptado por la población. Comenzaron entonces las  rondas semanales de las cuadrillas y  la entrega de más pescaditos cuando hacía falta. Los depósitos eran examinados y se tomaba nota de los depósitos  donde se habían encontrado ninfas o larvas de los zancudos.

                                                                                     "lifes"

Ya para Fiestas Patrias comenzaron a verse los resultados pues el número de depósitos con larvas  iba disminuyendo. La fiesta estaba opacada por la epidemia aunque hubo actividades cívicas, religiosas, culturales y deportivas; Joaquín  trató de asistir a algunas de ellas en el escaso tiempo libre que le quedaba luego de cumplir su labor en la cuadrilla sanitaria.  En el Parque Principal, la Sociedad Amantes de las Artes colocó un Arco Alegórico frente a su fachada mientras el embanderamiento fue general. Las celebraciones resultaron más numerosas en Lambayeque donde fueron inauguradas las plazas “29 de Diciembre” e “Independencia”, mandadas a  construir por el gobierno de Leguía. Entretanto, una delegación de alumnos del colegio San José había viajado a Lima para el desfile central del centenario.
Al presentarse casos de fiebre amarilla en Chongoyape, Hanson viajó a ese lugar a investigar. Llegó hasta un pueblo llamado “Huaca blanca” donde realizó una autopsia para comprobar la enfermedad. Ya había ocho muertos y tres pobladores estaban enfermos, el pueblo se encontraba exaltado y Hanson con su característica frialdad  le habló a la gente congregada en la plaza principal:
-Señores, ustedes no pueden parar la yellow fever , yo sí, este pueblo no ser pueblo importante para control sanitario general, muchos tendrán la fiebre algunos recuperarán, otros morirán.
Un hombre de entre la multitud gritó: “¡Qué brillante futuro nos espera!
-Sus autoridades … encargarse … de hacer cumplir recomendaciones que estoy dejando. Gracias.
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En Chiclayo los médicos norteamericanos tenían como única distracción nocturna tocar algún instrumento musical y cantar. El Dr. Morris Seeley inspirándose escribió un poema reflejando el conflicto entre los médicos y la población titulado “El final del camino amarillo” y de vez en cuando repetía:
“And they piled them up, tier on tier,(….)”
Ya para mediados de año la fiebre amarilla había llegado a Trujillo con la consiguiente muerte de muchos pobladores pero la experiencia obtenida permitía una mayor efectividad en la lucha contra la afección.
Haciendo un breve alto en esa lucha, los médicos norteamericanos decidieron darse  tiempo para asistir a una corrida en la Plaza de toros de Chiclayo a la que se ingresaba por  un largo callejón desde  la Plazuela Aguirre. Quedaron muy  sorprendidos al observar la excitación  de los chiclayanos con  la  fiesta que enfrentaba a toreros españoles  con astados locales mientras una banda tocaba pasodobles. La algarabía de  la gente era total,  las flores y los sombreros volaban en señal de alegría y mientras tanto la epidemia quedaba olvidada por unas horas.




                                                        Plaza de toros de Chiclayo en la Plazuela Elias Aguirre
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El doctor Henry Carter dejó Chiclayo al sentir su salud resquebrajada por el trabajo. Se despidió de sus colegas en la puerta principal de su cuartel general -y vivienda por varios meses- , en especial del doctor Alva con quien había hecho gran amistad  y al que alentó por su trabajo sobre la fiebre amarilla en la región.
El doctor Alva con tristeza le respondió: “Usted ha sido como un maestro para mí, sus sabias enseñanzas las tendré presentes por siempre”
Carter subió al tranvía jalado por una mula, que pasaba por la calle Real en dirección a la Estación del Ferrocarril a Eten , y alcanzó a decir: “Le escribiré amigo Alva, téngalo por seguro”
                                            º    º    º
Así llegó noviembre. Un día, el doctor Hanson, después de leer sus anotaciones, dio una noticia a sus colegas :” A pesar  carencia agua potable, el método utilizado dejar pececillos en  depósitos de agua de casas fue  simple, barato y efectivo,  número de casos de depósitos con larvas ha disminuido a menos de 3% ,  yellow fever ha sido controlada”. Los abrazos y felicitaciones entre todos los miembros del equipo, norteamericanos y peruanos  fueron efusivos y sinceros; lo mismo sucedió entre las personas que como Joaquín tenían una relación de trabajo diario con ellos. A continuación, agregó el Dr. Hanson:
“He llevado un registro minucioso y puedo decirles que total, visitas reiteradas, durante estos meses a las casas en Chiclayo ha sido de varios miles, incluyendo casas encontradas cerradas, depósitos de agua revisados, con larvas o también con ninfas (aunque para este caso fue sólo de un par de miles) y, por último, el número de peces distribuidos ha sido enorme, siendo Checlayo el primero donde se realiza este labor.”
                                      
                                                       
                                                                  º    º    º 

A fines de año, los médicos norteamericanos dejaron Chiclayo. En la estación del ferrocarril a Eten fueron ovacionados por las ocasionales personas que se encontraban allí: “!Vivan los gringos¡” se escuchaba; la gente aunque tarde había comprendido la labor que habían venido a realizar. Atrás quedó la campaña promovida por el diario “El País” en contra de los médicos extranjeros. Hasta un espontáneo se lanzó a decirles unos versos:
“La fiebre y los gringos llegaron/ en este pueblo se encontraron/
La amarilla desapareció/ pero el amarillo de su pelo quedó”,
siendo aplaudido por la multitud. Joaquín también estuvo presente en la despedida  de los doctores. El Dr. Hanson lo cogió del hombro mientras le decía: “Gracias por su ayuda, usted representa al checlayano que da su mano, sin esperar nada a cambio”. Al partir el tren, no quedó en la estación una persona que no levantara los brazos despidiéndolos; Joaquín, al bajar sus brazos, golpeó a una persona tras él y cuando volteó para disculparse  tuvo una sorpresa: “¿Dr. Ugaz usted también por acá?”
-Entre nos, amigo Joaquín, estos médicos “gringos” a su estilo pero nos ayudaron y salvaron de esta epidemia, hay que reconocerlo.
Joaquín lo interrumpió diciéndole: “Roguemos porque este encuentro con usted no sea motivo de otra epidemia”. El doctor Ugaz le palmeó la espalda y respondió: ”Entonces nos faltan muchos encuentros porque sé de otras  epidemias más” y, riéndose, los dos caminaron de regreso al centro de la ciudad.


EPILOGO

Algunos años después se demostró que la Teoría de los Centros Claves estaba equivocada aunque hubiera servido para controlar la fiebre amarilla en las zonas urbanas. Asimismo, los hallazgos del doctor Noguchi y su desarrollo de sueros y vacunas resultaron  inútiles en el caso que nos ocupa.
Hanson fue nombrado Director General de Salubridad del Perú, cargo en el que estuvo cuatro meses al cabo de los cuales presentó su renuncia y regresó a los Estados Unidos.
El doctor  Carter murió en 1925.
Hacia enero de 1928, mediante la Ley Nº 5967, se concedió a los Médicos Titulares goces de jubilación, cesantía y montepío y  a que en caso de invalidez o muerte en acto de servicio, continuase la pensión integra para él o la viuda según el caso.
Sólo en  1937 una vacuna eficaz contra la fiebre amarilla llegaría a estar disponible.
 El doctor Hanson falleció en 1954 .
  
  
NOTA FINAL

La investigación documental para escribir este relato,  se ha basado en los trabajos de Marcos Cueto: “El Regreso de las Epidemias” (2000) y” Excelencia Científica en la Periferia”  (1989) además del libro de Jorge Lossio “Acequias y gallinazos” (2003) y del capitulo  XVIII del libro “The pied piper of Perú” del Dr. Hanson (1962).
En lo concerniente al primer capítulo he consultado La Revista Centenaria (1935) y la “Monografía de Lambayeque” de Carlos Bachman (1921) .
Además he obtenido datos de la memoria del Alcalde Francisco Cabrera (1917), de los Anales del I Congreso de irrigación del norte (1928), de los artículos “La fiebre amarilla “de Nixa (19-10-94) y “28 de julio de 1921:Centenario para recordar” de Antonio Serrepe Ascencio(Suplemento especial de “La Industria” 28-07-2000)
Adicionalmente, he conseguido información complementaria en internet como una carta de respuesta enviada por el doctor Alva al doctor Carter, que se conserva en los archivos de la Universidad de Virginia y que me sirvió para  imaginar un diálogo entre ellos. Así mismo hay que considerar dos cartas que el Dr. Hanson envía al Dr. Carter sobre la fiebre amarilla en Chiclayo y cuyos originales se conservan en el lugar ya mencionado. En una de esas cartas el Dr. Hanson se queja de la falta de dinero por incumplimiento del Gobierno.
Ilustraciones: Archivo personal.





APENDICE 

Documento que probaría la importancia de los pescados "Lifes" de Chiclayo para combatir la fiebre amarilla en el norte-Motivo que es de mi opinión debería levantarse monumento a estos pescaditos que salvaron de la fiebre amarilla en especial a Chiclayo.