EL TRÁGICO
FINAL DE UN GRUPO DE ETENANOS (1841)
Foto de 1906
El pueblo de Santa María Magdalena de Eten, donde en 1649 se
apareció el Niño Jesús en la hostia consagrada, pueblo indígena que luego de
casi 200 años de este acontecimiento es decir en 1841 era un pequeño poblado dedicado a
la agricultura y la artesanía, a la confección de ponchos de algodón y lana,
ropa diversa además de objetos tejidos de paja como cigarreras, sombreros etc.
En aquel año de 1841, un grupo de pobladores se estaban acopiando de mercadería para
llevarla a vender a las fiestas patronales en Huaraz, el entusiasmo era general
y todos los grupos familiares contribuían con la producción de bienes.
Para el mes de agosto parten rumbo a Huaraz, siete hombres,
siete cabezas de familia llenos de mercadería e ilusiones, ya que sabían que a
su regreso sus problemas se resolverían y habría mejoras para sus familias.
Aquellos padres de familia: Pedro López, José Cumpa Velásquez, Nicolás Nisisup, Andrés Nisisup, Manuel Nachuñiay, Bernardo Estrada y Carlos LLumpo; estuvieron por Huaraz en las fiestas patronales y lograron vender todos sus productos, e iniciaron el regreso a su querido pueblo de Eten.
Foto de Bruning inicios del siglo XXEn el regreso de aquellos industriosos indígenas del distrito de Eten,
todo era alegría, las ventas habían sido buenas y el viaje de retorno se daba
sin ningún novedad hasta que aquel 6 de octubre, en el camino de Nepeña a Santa
son asaltados por siete forajidos naturales de esta zona, armados de carabinas
y espadas, luego de ser sorprendidos son llevados fuera del camino a una
distancia de dos leguas para robarles los tres mil pesos que traían encima de
las ventas, no contentos con ello, los amarraron y pusieron con la cara al
suelo, dándole muerte a balazos y cuchilladas; luego de este atroz acto
criminal , se sentaron a comer de las provisiones que les quitaron, a contar el
dinero robado y repartírselo.
¿Cómo se pudo saber estos pormenores? Lo que pasó fue que al
indígena Carlos Llumpo a pesar de las tres heridas que recibió, se tuvo que
fingir estar muerto ante la presencia de los asesinos para no ser rematado; para
tiempo después liberarse y pedir ayuda.
El prefecto del departamento de La Libertad, era el Coronel
José María Lizarzaburu, quien con el conocimiento de los hechos, se encontraba
tan indignado y es quien se encarga de informar a las autoridades del Gobierno
en Lima. Pues, dicho Coronel al tener conocimiento que los ladrones habían pasado al
departamento bajo su mando ordenó la salida de doce hombres al mando del mismo
Intendente de la policía para su ubicación y captura. Con esta palabras se
manifiesta al informar a las autoridades de Lima: “ ….y siendo estos unos monstruos, unos ladrones famosos, en caso de
ser tomado advierto a US. Que para cumplir con mi conciencia y ejemplarizarlos
como corresponde, los hago fusilar sin mas término que el necesario para que
reciban los auxilios espirituales…”
A todo esto el Supremo Gobierno el 23 de noviembre le envía
la nota siguiente:” En la nota de US. de
13 del corriente en que da parte del asesinato de seis padres de familia
cometido por una partida de ladrones, ha reconocido el gobierno su celo por el
bien de los particulares y han sido de la aprobación de S.E. las medidas que
US. ha tomado para que sean aprendidos y castigados aquellos facinerosos; pero
no le es posible autorizar a US. para que, si son aprendidos, se los ejecute
sin el juicio correspondiente”.
De igual forma el
Prefecto del departamento de Ancash recibe una nota similar del Supremo
Gobierno
De otro lado en el pueblo de Nepeña el herido Carlos LLumpo
es atendido y el Juez de Paz de esa Villa se hizo cargo del caso tomándole
según lo manifiesta el Juez Manuel Cordero “declaraciones muy circunstanciada”, quien también esta impactado
con estos hechos luctuosos y en la carta enviada al prefecto del Dpto. de La
Libertad le dice: “….y por mi parte no
omito medio alguno con el fin de lograr descubrir a los malvados o sus
satélites…”
Estos hechos los
conocemos gracias a la publicación del periódico El Peruano de fecha miércoles
24 de noviembre de 1841, es lamentable que no se ha podido ubicar con fecha
posterior si se logró capturar a los facinerosos.
Estos hechos que
sucedieron hace ya ciento ochenta años, nos hace compararlos con la actualidad
y reflexionar si hemos avanzado como sociedad.
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