domingo, 2 de enero de 2022

EL TRÁGICO FINAL DE UN GRUPO DE ETENANOS (1841)

 


EL TRÁGICO FINAL DE UN GRUPO DE ETENANOS (1841)


                                                                  Foto de 1906

El pueblo de Santa María Magdalena de Eten, donde en 1649 se apareció el Niño Jesús en la hostia consagrada, pueblo indígena que luego de casi 200 años de este acontecimiento es decir en 1841 era un pequeño poblado dedicado a la agricultura y la artesanía, a la confección de ponchos de algodón y lana, ropa diversa además de objetos tejidos de paja como cigarreras, sombreros etc.

En aquel año de 1841, un grupo de pobladores se estaban acopiando de mercadería para llevarla a vender a las fiestas patronales en Huaraz, el entusiasmo era general y todos los grupos familiares contribuían con la producción de bienes.

Para el mes de agosto parten rumbo a Huaraz, siete hombres, siete cabezas de familia llenos de mercadería e ilusiones, ya que sabían que a su regreso sus problemas se resolverían y habría mejoras para sus familias.

Aquellos padres de familia: Pedro López, José Cumpa Velásquez, Nicolás Nisisup, Andrés Nisisup, Manuel Nachuñiay, Bernardo Estrada y Carlos LLumpo;  estuvieron por Huaraz en las fiestas patronales y lograron vender todos sus productos, e iniciaron el regreso a su querido pueblo de Eten.

                                                   Foto de Bruning inicios del siglo XX

En el regreso de aquellos industriosos indígenas del distrito de Eten, todo era alegría, las ventas habían sido buenas y el viaje de retorno se daba sin ningún novedad hasta que aquel 6 de octubre, en el camino de Nepeña a Santa son asaltados por siete forajidos naturales de esta zona, armados de carabinas y espadas, luego de ser sorprendidos son llevados fuera del camino a una distancia de dos leguas para robarles los tres mil pesos que traían encima de las ventas, no contentos con ello, los amarraron y pusieron con la cara al suelo, dándole muerte a balazos y cuchilladas; luego de este atroz acto criminal , se sentaron a comer de las provisiones que les quitaron, a contar el dinero robado y repartírselo.

¿Cómo se pudo saber estos pormenores? Lo que pasó fue que al indígena Carlos Llumpo a pesar de las tres heridas que recibió, se tuvo que fingir estar muerto ante la presencia de los asesinos para no ser rematado; para tiempo después liberarse y pedir ayuda.

El prefecto del departamento de La Libertad, era el Coronel José María Lizarzaburu, quien con el conocimiento de los hechos, se encontraba tan indignado y es quien se encarga de informar a las autoridades del Gobierno en Lima. Pues, dicho Coronel al tener conocimiento que los ladrones habían pasado al departamento bajo su mando ordenó la salida de doce hombres al mando del mismo Intendente de la policía para su ubicación y captura. Con esta palabras se manifiesta al informar a las autoridades de Lima: “ ….y siendo estos unos monstruos, unos ladrones famosos, en caso de ser tomado advierto a US. Que para cumplir con mi conciencia y ejemplarizarlos como corresponde, los hago fusilar sin mas término que el necesario para que reciban los auxilios espirituales…”

A todo esto el Supremo Gobierno el 23 de noviembre le envía la nota siguiente:” En la nota de US. de 13 del corriente en que da parte del asesinato de seis padres de familia cometido por una partida de ladrones, ha reconocido el gobierno su celo por el bien de los particulares y han sido de la aprobación de S.E. las medidas que US. ha tomado para que sean aprendidos y castigados aquellos facinerosos; pero no le es posible autorizar a US. para que, si son aprendidos, se los ejecute sin el juicio correspondiente”.

De igual forma el Prefecto del departamento de Ancash recibe una nota similar del Supremo Gobierno

De otro lado en el pueblo de Nepeña el herido Carlos LLumpo es atendido y el Juez de Paz de esa Villa se hizo cargo del caso tomándole según lo manifiesta el Juez Manuel Cordero “declaraciones  muy circunstanciada”, quien también esta impactado con estos hechos luctuosos y en la carta enviada al prefecto del Dpto. de La Libertad le dice: “….y por mi parte no omito medio alguno con el fin de lograr descubrir a los malvados o sus satélites…”



Estos hechos los conocemos gracias a la publicación del periódico El Peruano de fecha miércoles 24 de noviembre de 1841, es lamentable que no se ha podido ubicar con fecha posterior si se logró capturar a los facinerosos.

Estos hechos que sucedieron hace ya  ciento ochenta años, nos hace compararlos con la actualidad y reflexionar si hemos avanzado como sociedad.


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