lunes, 3 de enero de 2022

FUSILAMIENTO EN LA PLAZA DE LAMBAYEQUE(1847)

 


FUSILAMIENTO EN LA PLAZA DE LAMBAYEQUE (1847)




Una expedición científica, enviada por el Gobierno de Francia, estuvo en el Perú entre 1843 y 1847 al mando del Conde de Castelnau, acompañado del geólogo Vizconde de D’Osery, el naturalista Deville y el botánico Weddel.

El Vizconde D’Osery regresa del Cuzco a Arequipa y de allí a Lima con el fin de enviar por el Callao cajas para el Museo Nacional de Paris, con el material recogido; luego de  lo cual se reuniría con el resto de la expedición en la confluencia del Marañón con el Ucayali, dirigiéndose el Vizconde al norte del Perú, a Bellavista y de allí al rio Marañón, llevando además de los instrumentos científicos necesarios, el dinero para la segunda parte de su viaje.

El día 30 de noviembre de 1846 el Vizconde Eugene D’Osery inició su expedición en balsas desde el puerto del pueblo de Bellavista, contratando a cuatro balseros; al dia siguiente en el punto de Yusamaro, el científico fue atacado con el fin de robarle, por dos de los balseros, los hermanos Julca, siendo Julian quien inicia el ataque asestándole una puñalada a la altura de la tetilla, cayendo al suelo y siendo rematado por su hermano Luis  quien le asestó tres puñaladas, siendo luego desnudado y arrojado al rio.   Quienes al volver a los seis días al puerto, el tercer balsero Domingo Ubillus declaró ante el Juez de Paz de  Puyaya, que el Vizconde se había ahogado con sus pertenencias, sabiendo de estos hechos el Gobernador de Bellavista, pone en conocimiento al Subprefecto quien los envía donde el Juez de Paz de Jaén en donde declaran su crimen, cambiando su versión que fueron los Gibaros los que los habían matado.

Las posteriores declaraciones tanto de Ubillus como del cuarto balsero Marcelino Guevara (menor de edad), culpan directamente a los hermanos Julca, al igual que las posteriores declaraciones de testigos involucrados; pero veamos que sucedió después del asesinato del Vizconde D’Osery:

Muerto el Vizconde D’Osery, llevaron su equipaje a esconder entre los Gibaros civilizados, entre ellos un tal Gaspar Monteza y otros, haciéndoles partícipes de los bienes del occiso y para que no divulgaran el crimen les repartieron dinero en la cantidad de 29 pesos. Al estar en el pueblo, entregaron a sus esposas cinco onzas de oro y 93 pesos , una tapa de cigarrera fina, un libro y un cuaderno manuscrito en idioma francés y hicieron que se escondieran en la montaña. Por otro lado, las declaraciones de Joaquín Bamonte quien estando una noche custodiando a Julián Julca este le declaró que el era el asesino del Vizconde. Ha pesar que se enviaron dos expediciones , no se pudo hallar el cuerpo del infortunado viajero francés.

Se realiza el juicio y los hermanos Julián y Luis Julca son sentenciados a la pena de muerte, a Domingo Ubillus a cuatro años por ser cómplice y al menor Marcelino Guevara, se le ponga en libertad “puesto que no se advierte ninguna culpa de su parte” Sentencia dada  por el Juez de Primera Instancia del distrito judicial de las provincias de Jaén Chiclayo y Lambayeque.



Este fallo fue apelado la Corte Superior de Justicia de La Libertad confirmándose la sentencia para los hermanos Julca,  absolviendo definitivamente al menor Marcelino Guevara y en el caso de Domingo Ubillus se le redujo la pena “de cuatro años de presidio en el del Callao, reduciéndola a la de dos años  de servicio en las obras públicas de esta ciudad”.  

Posteriormente la Corte Suprema de Justicia de Lima el 16 de junio de 1847  envía comunicación al Ministro de Estado en el Despacho de Justicia , dándole a conocer la Sentencia, felicitando a los magistrados, jueces y funcionarios  que han intervenido en esta causa criminal “en que se hallaban comprometidos el honor nacional y la justicia pública”.

El día 17 de Junio se dicta lo siguiente: “ De conformidad por lo dictaminado por el Fiscal de la Suprema, no ha lugar a la conmutación de la pena de muerte a que han sido condenados Julián y Luis Julca: devuélvase los autos para que se cumpla la sentencia, previniéndose que debe remitirse la certificación de haber sido ejecutados dichos reos..”.



En los primeros días de julio, el ciudadano Pedro Pablo Anteparra, escribano público de Hacienda del Estado y registros del distrito judicial de las provincias de Lambayeque, Chiclayo y Jaén dice: “Certifico y doi fe a los señores que la presente vieren: que el dia de hoy seis del presente mes y año a las diez del día de él, fueron ejecutados los reos Julian y Luis Julca, por el atroz asesinato que perpetraron en la persona del Señor Vizconde D’Osery, por medio de cuatro tiradores de tropa veterana a cada uno de ellos, hallándose formado un cuadro en la plaza mayor, el batallón de infantería y el escuadrón de caballería cívica de esta ciudad, después de que se les acudieron a los susodichos con los socorros espirituales, de cuyo golpe de bala cayeron muertos, quedándose tendidos en el sitio de la ejecución, con lo que se dio cumplimiento a lo ordenado: todo lo que presencié yo el dicho escribano. Y para que obre los efectos que haya lugar, en testimonio de lo cual pongo la presente en esta ciudad de Lambayeque, a los seis días del mes de julio de mil ochocientos cuarenta y siete. – Pedro Pablo Anteparra”.

Este fusilamiento se da en la Plaza de Lambayeque en la primera mitad del siglo XIX, ya que para la segunda mitad se conocen otros dos casos, gracias al investigador Jorge Izquierdo Castañeda que publicó uno de sus trabajos en su BLOG “Lambayeque Camino al Bicentenario” el 2 de enero del 2013 con el título “La Plaza de Armas de Lambayeque” :


El 12 de abril de 1875, fue fusilado, en esta plaza, José Tomás Calderón, “quien había dado muerte, en el despoblado de olmos, a su patrón, a quien acompañaba, para robarle”. La ejecución se dio frente al Casino Civil Militar de esta ciudad. Lo curioso del caso es que el acto fue acompañado por la banda infantil de la ciudad, denominada “Banda Infantil Lambayeque”, compuesta por 26 muchachos de esta localidad (León Barandiaran. Paredes. 1934).

 

En esta plaza fueron también fusilados en 1878, los integrantes de la temida banda de ladrones capitaneada por “Carmen”  apodado “el Cacique” y de la que eran miembros también tres de sus hermanos, a quienes se les conocía  como “los Pichones”, se dice que uno de ellos contaba con tan solo 16 años de edad. El acto se llevo a cabo “frente a la puerta del Perdón” de la Iglesia San Pedro de esta ciudad, aquella que mira a la Plaza de Armas. Sus cadáveres “debidamente amortajados” fueron velados en el Hospital de Nuestra Señora de Belén (León Barandiaran. Paredes. 1934).

 

Esto pues es otro acontecimiento desconocido y olvidado de nuestra región,

BIBLIOGRAFÍA:

-Memoria del Ministro de Estado en el despacho de Gobierno, Instrucción y Beneficencia presenta al Congreso de 1847.

- “El Peruano” Periódico oficial del 13 de enero, 23 de junio y 24 de julio de 1847.

-Ilustraciones del Internet, la última de la revista "Hogar" de 1920


2 comentarios:

  1. Las conductas delincuenciales cobran un matriz diferente, las causas son múltiples , pero nos brindan una visión de el proceso de desorganización socisal, no presencia del estado, que continua hasta 1940

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