LA REBELIÓN
DE LOS “HÚSARES” EN CHICLAYO (1902)
Corría el mes de febrero de
1902, Chiclayo disfrutaba de una tranquilidad social, era Prefecto del
departamento el Sr. Carlos Velarde Canseco, estando al cuidado de la vigilancia
pública ocho gendarmes con un oficial para la provincia Lambayeque, dos con el
Recaudador de Contribuciones departamentales don Francisco J. Cáceres, dos al
servicio del Comisario rural de Chiclayo don Jorge Vallejo Estrada, el Comisario de Lambayeque Aguilar, dos en
Eten, dos a cargo caballada, cuatro en Pimentel y las fuerzas de la Prefectura
al mando del teniente José P. Otárola y el alférez Raúl Malarin.
Como antecedentes podremos
decir que la “Junta Conscriptora de Chiclayo”, cumpliendo disposiciones del Estado
Mayor del Ejército, logró presentar 41 conscriptos que fueron incorporados al
Escuadrón de Húsares de Junín, el 9 de diciembre de 1901. No habiendo sido
posible realizar lo mismo en la provincia de Lambayeque por problemas
suscitados; una de las dificultades en general es el “grado de ilustración”
desconociendo los jóvenes sus deberes cívicos considerando la conscripción
como una imposición y no “la exigencia de
que los ciudadanos presten al país su contingente en el Ejército”.
PREFECTO CARLOS VELARDE
Iniciada la rebelión encabezada
por Arciniega, este es herido en la pierna, al igual que el teniente de
“Húsares” Gerardo Ferreccio; en esta confusión logra escapar el sargento del Escuadrón
Eugenio Mesa para dar aviso a la policía, a los breves minutos aparece el
teniente herido, el alférez Malarin y dos de la tropa quienes se habían
enfrentado a los rebeldes. Luego de esto, el Mayor de Guardias Gómez reúne sus
fuerzas y sale al encuentro de los rebeldes que son sorprendidos llevando al
herido Arciniega al hospital, se inicia un enfrentamiento resultando heridos en
la pierna los soldados “Húsares” que apoyaban al Mayor de Guardias: Manuel
Bejarano y Fernando Castillo, este último señaló al soldado rebelde Cabanillas como
quien lo había herido.
Enterado vía telefónica el
Prefecto Velarde que se encontraba en Pimentel; poco más de las cinco de la
mañana viene a Chiclayo en tren extraordinario acompañado del Coronel José A.
Mavila Mujica, mayor Sevilla, Capitán Reyna y el secretario de la Prefectura, llegando a las 5.50 am. quienes inmediatamente
se constituyeron al Molino del señor Dall’Orso con el objeto de adquirir armas
y municiones para enfrentar a los sublevados.
Ya armados todos, se
dirigieron a la Plaza Principal, agregadas las armas de la Prefectura y la
Gendarmería se lograron armar a una veintena de ciudadanos, todos ellos
comerciantes. Un grupo numeroso al mando del Mayor Ricardo Sevilla (Jefe del
Escuadrón) fueron a recuperar el cuartel de “Húsares”, otro grupo al mando del
Mayor de Guardias Francisco Gómez, compuesto por ciudadanos armados, toman
posesión de las dos iglesias y el colegio San José.
Se realiza un tiroteo para
recuperar el cuartel, lográndo recuperarse, y lo que se encuentra según la
descripción dada era: “En el cuartel se encontraron heridos a los
tenientes Federico Kuápil y Federico Bazán, éste en la barra; y sin lesión
alguna y preso en el calabozo al teniente Navarro. Así mismo se halló herido en
la cabeza al soldado Lucio García, complicado en el motín (…) se hallaron allí
a veinte húsares que habían quedado haciendo la última resistencia, todos los
cuales se sometieron entonces a sus jefes. Algunos de los soldados a que me
refiero se encontraban en estado de beodez suma, arrojados por el suelo”.
COMISARIO JORGE VALLEJO
En otros enfrentamientos,
lamentablemente son muertos dos soldados rebeldes en el puente “Reque” a la
entrada de Chiclayo, uno de ellos identificado de apellido Cuadra.
Afortunadamente los rebeldes
no inutilizaron los hilos del teléfono y telégrafo y se avisó a la mayor parte
de autoridades de la región.
La caballada de la “Húsares”
se encontraba pastando en los potreros de Monsefú, encontrándose allí el
capitán de “Húsares” don Justo C. Cárdenas con ocho soldados quienes fueron
avisados y vinieron a Chiclayo en apoyo de las autoridades, pero llegaron
cuando ya había sido aplacada la rebelión, ordenándosele regresar a cuidar la
caballada. Al llegar al lugar mencionado encontraron a doce de los amotinados
arreando a los caballos, entrando con ellos en lucha, llegando oportunamente la
fuerza de la policía de Lambayeque al mando del Sub Prefecto Castillo, el
Comisario Aguilar y varios soldados. Como resultado de este enfrentamiento,
resultaron muertos dos soldados rebeldes: el cabo Benjamín Cabanillas (quien
estaba con uniforme de teniente y kepís de capitán) y el soldado Ernesto
Rodríguez. Quedando algunos soldados a proteger Monsefú.
Los refuerzos que apoyaron
la lucha en Monsefú fueron traídos de la Villa de Ferreñafe, por el Sub Prefecto de Lambayeque don José T.
Castillo; siendo así como manifiesta: “Tan luego como llegó la locomotora di orden
que pasara a Ferreñafe a traer la guarnición, y de regreso salí a las 9 am. con
catorce guardias, el inspector Matute, los subinspectores Inchaústegui y
Vargas, el Comisario José del Carmen Aguilar formando un total de diez y nueve
hombres con el infrascrito (….) me ordenó que con la misma fuerza pasara a
Monsefú a salvar la caballada…”.
COMISARIO AGUILAR
Después del tiroteo en el
potrero de Monsefú, y el trágico final de dos muertos y algunos heridos que se
escondieron en el monte; se recuperaron armas y prendas tomadas del cuartel de
“Húsares”; el Comisario Aguilar se dirigió al Puerto Eten con ocho guardias
para custodiar dicho puerto.
Ya dominada la situación de
la rebelión, los implicados son puesto a disposición de la Justicia Militar a
cargo del comandante Oscar Navarro quien reemplazó al Juez instructor Permanente
el Coronel José A. Mavila quien pidió licencia para viajar a Lima. Terminada la
instrucción, fue remitida al Ministerio de Guerra el 4 de marzo de 1902, para
la prosecución del juicio en Lima.
El Escuadrón “Húsares de
Junín” # 1 de Chiclayo fue disuelto “por considerársele indigno de ostentar en
sus banderas tan glorioso nombre”. Llegó en su reemplazo, a bordo del
transporte “Constitución” el Escuadrón # 11, quien se mantiene por un tiempo
acantonado en Lambayeque en “el local en que funcionaba una escuela,
cedido temporalmente por el Consejo Escolar de esa provincia”.
En el mismo transporte
“Constitución” se trasladaron a Lima el 4 de marzo a los “Húsares” rebeldes,
del Puerto de Eten a Callao para continuar su enjuiciamiento.
Al año siguiente de 1903,
termina el juicio a los sublevados y para leer la sentencia en que se les
condena a prisión, se realiza una “ triste ceremonia pública de la plazuela de
la Exposición”. La gente acudió en tropel al lugar de la ceremonia,
toda una multitud esperaba ansiosa el paso de los reos. Se lee la
sentencia y al redoble de tambores y el
estrepitoso sonar de las cornetas el sargento Arciniega y los otros
soldados caminan rumbo a la
Penitenciaría de Lima; entre los asistente está su esposa y a las puertas de la
prisión estaba su madre.
Para 1915, en un informe
sobre la Prisión de Lima publicada en la revista limeña “Variedades” menciona
este caso de la sublevación en Chiclayo de esta manera: “Ya nos despedíamos cuando nos
tropezamos con dos números que acaban de cumplir su condena. Eran el 100 y el
9.
Aquellos infelices fueron
los que en compañía del sargento Arciniega y dos soldados más se sublevaron en
el norte hace más de 13 años. Arciniega fue indultado por el Congreso, uno
murió y el otro se encuentra actualmente en el Manicomio.
Y les vimos envejecidos,
tristes. El N° 100 había entrado de 18 años y salía de 31. Nos pareció injusto
que el Congreso hubiera indultado al jefe solamente y no a los demás
compañeros.
Posiblemente estos infelices
no tuvieron influencias”.
Efectivamente, el sargento
Cesar A. Arciniega fue indultado por Resolución Legislativa N° 806 en el año de
1908.
Según los escasos datos
encontrados del sargento Arciniega, este había nacido en Piura en el año de
1873. Tuvo un hijo en Lima en 1899 con la piurana Manuela León.
Esta historia olvidada y
desconocida ha sido posible reconstruirla consultando la siguiente
bibliografía:
-Memoria que le Ministro de Gobierno y Policía Sr. Leonidas Cárdenas
presenta al Congreso de 1902.
-Memoria del Prefecto del Dpto. de Lambayeque Carlos A. Velarde Canseco
– 1902
-Revista “Actualidades” del 28 de febrero de 1903 N° 8
-Revista “Variedades” del 27 de febrero de 1915 – N° 365
-Anuario de Legislación Peruana – Tomo II – 1907
- Datos sueltos obtenidos del Internet.
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