LAS
CELEBRACIONES POR EL CENTENARIO DE CHICLAYO (1935)
Este hecho de nuestra historia, es poco lo que se conoce y
está disperso. Estas celebraciones ¿Fueron a lo grande, que sucedió? Son
interrogantes que en parte vamos a dar respuesta en este artículo.
Sobre el Programa Oficial de Celebraciones solo se sabe que
tuvo 12 pág. Con portada en colores en donde decía: “1835-1935 (escudo peruano)
Programa Oficial de las actuaciones, ceremonias y fiestas conmemorativas del
Primer centenario en que fue elevado Chiclayo al rango de Capital de Provincia
15 de abril de 1835- 15 de abril de 1935” y venían los retratos del Presidente
de la República, del Prefecto y del alcalde de la ciudad.
Para estas celebraciones se emitió la Ley # 8048 del 18 de marzo de 1935 destinándose ciento cincuenta
mil soles oro (S/. 150,000) (tomado de los impuestos Pro- Desocupados a las
importaciones y exportaciones que se recauden en las aduanas de Eten y Pimentel).
Que servirían para la ampliación y mejoramiento del Mercado, Camal y para la
apertura de avenidas y ensanche de calles. Además esta Ley autorizaba al Poder
Ejecutivo, para emitir estampillas conmemorativas del Centenario de la ciudad
de Chiclayo. (Lo que al parecer no se logró realizar, solo se realizaron
localmente monedas conmemorativas de este acontecimiento).
¿Cómo era Chiclayo en esos momentos?. Gracias a viajeros que
escribieron sus observaciones de viaje, podemos conocer al respecto. De ellos, el Sr. Aurelio
Miro-Quezada Sosa (Periodista, historiador, Rector de la UNMSM y Director general
del diario “El Comercio” de Lima) nos lo dice en su libro “Costa, Sierra y
Montaña” (1938):
“(...) Ahora, Chiclayo es una ciudad movida, de hábitos muy
modernos y sobre todo, de una actividad comercial muy importante. Las casas de
Chiclayo extienden sus negocios a diversos lugares del territorio, especialmente
a Cajamarca; y hay, además el hecho favorable de que el movimiento de las
haciendas circundantes se efectúa por ella (…) Con algunos amigos de Chiclayo
me dedico a pasear por las calles. Veo edificios de varios pisos, aceras
limpias, varias plazas, como ese simpático Parque Principal con su pequeña
plaza al lado; visito la Iglesia, el edificio de la Municipalidad, el amplio y
cómodo Hospital de las Mercedes, el Club de la Unión, el Teatro principal y aún
construcciones que se resienten de falta de carácter en su estilo moderno, pero
que revela el espíritu emprendedor y progresista de Chiclayo. El edificio
público más importante, desde luego es la Iglesia Nueva, obra de grandes
proporciones (…)”.
AURELIO MIRO QUEZADA SOSA
También nos visitó en esas fechas la Sra. Natividad González
de Vallier (Chiclayana, quien estudió Farmacia al igual que su esposo el
francés Miguel Vallier y tuvieron una Botica en Lima llamada “Botica del
Pueblo”); escribió un libro titulado “Andanzas” (1944) donde nos dice:
“(…) El tráfago en su Plaza de mercado así como el de la
calle “Real” es intenso, tiene variedad y colorido. El comercio se activa aún
más con los pueblos circundantes.
La ciudad presenta modernos edificios, un magnífico templo,
debido al tesonero afán de la señora Juana de Plenge. Un alegre y bien provisto
Hospital, dotado de una esmerada y eficiente atención, mediante el celo de su
director, don Pedro Delgado Aurich. El elegante Palacio Municipal, en cuyo piso
inferior están las oficinas de Correos, Telégrafos y otras dependencias, a
causa de la honrosa actividad de don Francisco Cúneo Salazar. El Club Social de
gran prestancia; la planta de Luz Eléctrica, de propiedad de don Marcial
Pastor; la bien equipada “Cuna Maternal” auspiciada por un grupo conocido de
damas chiclayanas; el Mercado de Abastos y vistosas Plazas y plazuelas
públicas.
Existen además importantes casas comerciales; sucursales de
Banco, adscritos en esta Capital; Molinos de arroz; la Escuela de Artes y
Oficios, en la cual e ingeniero Túpac Yupanqui, le imprime todo el esfuerzo de
su acertada dirección. Colegios particulares, los hay de gran prestigio. Está
pendiente la iniciativa para la construcción del Colegio Nacional de San José,
cuyo antiguo edificio está muy deteriorado. Existe el Camal y así otros tantos
edificios de enorme importancia (…)”.
PORTADA DEL LIBRO
Llega también en estas fechas de abril de 1935 el Dr.
Francisco Quiroz Vega (Conocido por los chiclayanos ya que en 1905 llegó como
Agente fiscal, en 1908 asume a Dirección del Colegio San José y en los años
veinte, es Director General de Hacienda) quien escribe en 1935 un artículo en
la revista # 12 de la Pontificia Universidad Católica del Perú titulado
“Centenario de Chiclayo” quien aunque no describe la ciudad, describe a los
chiclayanos de esta manera:
“(…) Distínguese el hijo del departamento en general, y el
chiclayano especialmente, por una gran inquietud innovadora, y a la vez por un
sentido práctico de las cosas tan notable, que le permite adaptarse a las
circunstancias en que le toca actuar desempeñándose en ellas sobresalientemente
(…) Un dia se sintieron oprimidos por el Ferrocarril y Muelle de Eten, y
concertaron y ejecutaron un nuevo muelle
y su vía férrea con sólo el aporte del capital privado de la circunscripción.
Otra vez quisieron tener un Banco y fundaron el Banco. Quisieron tener un Hospital
Modelo y el Hospital surgió del generoso donativo de sus filántropos. Cuando en
1910 el desacuerdo internacional con el Ecuador puso al país al borde de una
guerra, en pocos días quedó listo el Regimiento N° 11, integrado por la gente
moza más distinguida del Departamento y las damas de la ciudad lo vistieron en
medio del más delirante patriotismo (…) Yo asistí al Primer Congreso de
Irrigación y Colonización del Norte en l ciudad de Lambayeque el año de 1929 y
quedé admirado del interés de todos, muy connotadamente de los pequeños
propietarios y conductores agrícolas por participar de sus actividades,
asistiendo a las sesiones, discutiendo en las comisiones y tratando de secundar
el plan que presuponía la gran obra, en la pequeña parte en que le tocó
volverse práctica (…) El tiempo no se pierde en liviandades, a cada paso, al
lado dela distracción honesta surge el ideal fecundo; el deseo de superación
(…)”.
Ahora, en lo referente a las Celebraciones en sí, de lo poco
que se ha escrito al respecto, se sabe que se contó con varios miles de soles
para ese fin, solo hubo fiesta y banquete para las autoridades y personalidades
locales y nacionales y estaba programada una tómbola popular (se desconoce si
se llevó a cabo).
Entre las personalidades llegaron: Don Pedro Beltrán,
Presidente del Directorio del diario “La Prensa” de Lima así como su director
Sr. Perez Oleachea; Sr. Gerardo Klinge
miembro del mismo; del diario “El Comercio” el joven Carlos Miro Quesada Laos,
el jefe de redacción Sr. José Pardo Castro (español), el Alcalde de Ica Sr. José
Picasso Peralta, el Alcalde de Lima Luis Gallo Porras, el general Manuel Ruiz
Bravo (Quien estuvo al mando de las fuerzas que develaron la revolución aprista
en 1932); el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Justicia e Instrucción
Culto y Beneficencia Sr. Carlos Arenas y Loayza, el Diputado por Loreto Sr. Reynaldo
Saavedra Pinon y otros. No olvidemos que eran momentos de tensión política, el
gobierno de Oscar R. Benavides venía persiguiendo a los apristas por todo el
país.
Las fiestas estuvieron presididas por el Alcalde de la ciudad
Miguel Arbulú González y el Prefecto del Departamento Gonzalo Cabada Dancourt (Lima
1905/ 1963) (De triste recordación por el numeroso abuso que cometió con los
lambayecanos) Felizmente se había formado una “Comisión contra los atropellos
ciudadanos” presidida por la profesora Sara Bullón Lamadrid quien gestionaba la
libertad de muchos encarcelados, teniendo el apoyo del Alcalde Arbulú, quien
por coincidencia era compadre espiritual del Presidente Benavides, por lo que
la voz del alcalde era la voz del Presidente y en muchos de los casos Cabada
Dancourt cumplía a regañadientes, no sin antes demostrando su represalia a los
libertados, les daba unos cuantos “fuetazos”.
Daremos a conocer algunas anécdotas que se dieron en estas
celebraciones:
Colocación de Placa: Se colocó una placa en la Iglesia
Nueva en homenaje al Coronel José Balta, al ver el Prefecto Cabada poca
concurrencia, indicó al Director de la Beneficencia de Chiclayo que invitara a
sus amigos, a lo que este le contestó: “Aquí no les gusta los discursos” y así
unas cuantas personas acompañaron dicho acto.
Reinauguración del agua
potable: (Ya había
sido inaugurada el 28 de julio de 1930) Estuvo a cargo del Presidente del
Consejo de Ministros Sr. Arenas, donde hubo poca concurrencia de público y solo
se escucharon unos pocos aplausos cuando terminó diciendo ¡Víva Chiclayo¡.
Reprimenda al Prefecto: El Presidente del Consejo de
Ministros reprochó al Prefecto Cabada por el poco público asistente y por su
falta de tino para hacer tener más simpatía al pueblo con el Gobierno, a lo que
este le contestó: “es que aquí todos son apristas”.
Error en discurso: En el Cabildo Abierto (controlado
por fuerte cordón policial) el Dr. Arenas Loayza Presidente del Consejo de
Ministros dijo: “Admiro y rindo homenaje a los héroes chiclayano como Diego
Ferré, Elías Aguirre y José Andrés Rázuri” a lo que el público sonrió.
Uno de los números principales de estas celebraciones fue el
anunciado arribo de la Cruz de Motupe con el fin de “Levantar el espíritu
religioso”. Los avisos de saludo de los pueblos del departamento no se hicieron
esperar tanto en el diario “El Tiempo” como en “El País”. Motupe además se hizo
presente con la suma de cien soles oro y su Alcalde el Sr. Manuel Luna Fuentes
envió a su empleado municipal Alipio Arboleda con el dinero más treinta
animales vivos como chivos, pavos y patos para la Gran Tómbola que era otro
número especial del programa aniversario.
La Cruz fue bajada días antes de su gruta y llevada a la
Iglesia de Motupe; esperando ser llevada a la ciudad de Chiclayo donde
“Apadrinaría” junto a San Pablo de Pacora la inauguración de la Iglesia nueva
(Hoy Catedral). Corrió el rumor que si la Cruz era llevada a Chiclayo, no
volvería, despertando el temor y la ira de los motupanos quienes hacían vigilia
dia y noche en la Iglesia tanto dentro como afuera. Hasta que el día temido
llegó; al respecto existen dos versiones que paso a describir:
La versión motupana del escritor Sr. Rully Falla Failoc, dice
que llegó el mismo Prefecto Cabada Dancourt con un grupo de Gendarmes a lo que
hubo un repique de campanas y el pueblo se concentró en la Plaza para impedir
la salida de la Cruz; al entrar al templo una de las “Genaronas” le dijo “Adórela
pero no la toque” a lo que el Prefecto para calmar la tensión solo dijo “He
venido a consultar al pueblo si es posible llevar la Santísima Cruz” a lo que
el pueblo respondió al unísono ¡ No va Carajo! Regresando el Prefecto con las
manos vacías.
La otra versión es del Capitán Carlos del Castillo Niño quien
manifiesta que el que llegó fue el Sub Prefecto de Lambayeque (A.S.M.),
regresando cabizbajo a dar la noticia al Prefecto agregando:
“Convencidos, autoridades y policías, que ni a buenas ni a malas era posible
traer a la Cruz de Chalpón para su procesión en Chiclayo, sin provocar una
asonada de caracteres alarmantes en el pueblo cuyos habitantes tornábanse dia a
día más intransigentes, optaron por convencer, de manera estudiada, a los
Mayordomos para que prestaran, por ese día, a la Crucecita mandada a
confeccionar por Anteparra, la que entre gallos y media noche trajeron
sigilosamente, ocultándola en las casas a la entrada de Chiclayo (Patazca), la
que hicieron ingresar a la ciudad, en lujosas andas y con todos los honores de
estilo, el dia señalado (…) todos vieron pues defraudadas sus expectativas, al
constatar de inmediato, que no era la verdadera Cruz de Chalpón, sino la
artística copia que hiciera confeccionar el anciano Mercedes Anteparra(…)”.
La versión chiclayana dice que se ordena al Sub
Prefecto (no especifica si es el de Chiclayo o el de Lambayeque) se traslade a
Motupe con 25 hombres diciéndole: ”métale bala a esos indios apristas que
tratan de entorpecer las fiestas” y que para no quedar en ridículo tuvieron que
ingresar a la ciudad con una Cruz chiquita sacada de una de las capillas de
la ciudad.
Lo que si fue un gran acontecimiento para el pueblo
fue aquella tarde del 17 de abril en que llegaron a la Base Aérea de Chiclayo
ocho aviones Caproni (4 del modelo caza CA-114 y 4 del tipo bombardero CA-111)
al mando del Comandante Ergasto Silva Guillén. Una multitud de curiosos corrió
al campo de aterrizaje, los Oficiales fueron hospedados en el hotel “Royal” (esquina
del Parque Principal), los sub oficiales en la pensión “Cabrejos” (esquina
calle Balta y Leoncio Prado) y los subalternos fueron acomodados en el Circulo
Departamental de Empleados (al costado de la Iglesia Nueva en Elías Aguirre),
por la noche la oficialidad fue invitada a los actos programados y al día
siguiente los visitantes asistieron a la misa Te Deun en el atrio de la Iglesia
Nueva . Para las 11 de la mañana se programó una exhibición de los aviones para
todo el público chiclayano, la cual fue muy concurrida y recibió elogios de las
autoridades locales. Partiendo pasado el medio dia la flota de aviones.
Esto es lo poco que se conoce de las celebraciones
Centenarias de Chiclayo. Espero en un futuro encontrar mayores datos que nos
permitan reconstruir esta parte de nuestra historia.
He consultado:
“La Imprenta en Lambayeque” de Jorge Zevallos Quiñones
(1947)
“Del Caproni al Mig 29” de Juan Medrano Chavarría
(2005)
“Lambayeque, Mitología y Realidad” de Eugenio Ibañez
I. (1997)
“La Cruz de Chalpón” (1962) y “Motupe, Proyecto de
Monografía” (1952) de Carlos del Castillo Niño
“La Cruz de Chalpón - Historia y trascendencia de la
fe popular” (2013) de Rully Falla Failoc , así como dos artículos aparecidos en 1985
en “La Industria” de Chiclayo
Revista del Foro: Enero-Marzo 1935 # 1,2,3
Revista “Claridad” Buenos Aires, Mayo 1935 # 289
"Andanzas" (1944) N. González de Vallier
"Centenario de Chiclayo" de Francisco Quiroz V. (1935) en Revista de la PUCP # 12
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