sábado, 31 de diciembre de 2022

LAS ALHAJAS DE ZAÑA QUE NO LLEGARON A CHICLAYO (1898)

 

LAS ALHAJAS DE ZAÑA QUE NO LLEGARON A CHICLAYO (1898)



Corría el año de 1844 en Chiclayo, habían transcurrido 7 días del nacimiento de un niño en el hogar de Don Nicolás Bocanegra y doña Manuela Romero y aquel 13 de febrero, concurrieron a la Iglesia Matriz para que el cura de esa Parroquia José Ignacio Gonzales lo bautice con los santos óleos (crisma) con el nombre de Ricardo, siendo sus padrinos don José Navarrete y doña Mercedes Bocanegra.


                                                            BAUTIZO DEL NIÑO RICARDO BOCANEGRA

La infancia del niño estuvo llena del amor de sus padres y de la compañía de su hermana Rafaela, nacida un año y medio después. Aquellos hermanitos recibían además los consejos y el cariño de su madrina que era la misma, su tía Mercedes.

Pasan los años y ya joven, Ricardo descubre que su vocación está en servir a Dios y se hace sacerdote, cumpliendo su labor pastoral en varios lugares del norte del Perú como Zaña en 1875, para luego pasar a hacerse cargo de la Parroquia de Chocope  por orden del Vicario Capitular Juan Antonio Falcón, reactivando allí las Mayordomías, especialmente a los Priostes (mayordomos) y a todos lo que servían a las cofradías.


                                                FIRMA DEL PÁRROCO RICARDO BOCANEGRA ROMERO

Lo vemos en Jayanca en 1891 donde cumple una labor evangelizadora, para pasar luego a la Parroquia de Santa María Magdalena en la Villa de Eten en 1893, teniendo al año siguiente de 1894  ir a remplazar al párroco Miguel Angel Corcuera de Ferreñafe que por motivo de los sucesos políticos de ese año, tuvo que retirarse a Lima. El párroco Bocanegra se quedó hasta el año siguiente y después es llamado nuevamente a la Iglesia de Zaña en donde desarrolla una buena labor, llevando el asiento de los libros en forma normal hasta el 27 de diciembre de 1897, que por motivos de salud tiene que dejar su parroquia y venirse a Chiclayo, quedado cerrada; es tratado en esta ciudad pero lamentablemente fallece el 27 de marzo de 1898 producto de un infarto.


                                                 FALLECIMIENTO DEL PÁRROCO RICARDO BOCANEGRA 

Es a partir de aquí que comienza nuestra historia sobre las joyas que no llegaron a Chiclayo. En el lapso que el cura de Zaña Ricardo Bocanegra estaba delicado de salud, es posible que el Vicario de la Provincia Eclesiástica de Chiclayo Dr. Don Juan Álvarez Campos (nombrado Párroco interino de la Iglesia de Chiclayo en 1895 y luego Vicario de la Provincia) tomó la decisión de enviar al sacerdote Tomás Cáceres ( Arequipeño, religioso del Convento de La Merced de Lima) y a un pariente cercano del Sr. Cura Bocanegra para que hicieran un inventario de las joyas de la iglesia y se procediera a depositarlas en una habitación de la misma, procediéndola a cerrarla.

Días después de su fallecimiento que como se recuerda fue el 27 de marzo del Sr. Párroco de la Iglesia de Zaña Sr. Ricardo Bocanegra Romero, exactamente el dos de abril, se reúnen en la Casa Parroquial Fray Tomás Cáceres en representación del Vicario de la Provincia Juan Álvarez Campos, el Sr. Eladio Bocanegra como representante del párroco fallecido de Zaña, el Alcalde del distrito de Zaña Sr. Matías Soberón, el Juez de Paz Sr. Leonidas Rodríguez, el Síndico del Honorable Concejo distrital Sr. Toribio Ampuero, el Gobernador Sr. José Andrés Reaño y los testigos Desiderio Cosío (sic), Narciso Ripalda, Fidel Gamarra y José Félix Reyes; para realizar la apertura de la puerta (sellada y lacrada) donde se encontraban depositadas las alhajas de esa Parroquia.



Ingresando a la habitación, procedieron conforme al Inventario de entrega que se hizo al señor Bocanegra y solo hubo dos observaciones.

“(…) que en el inventario denominaban un par de aretes a un par de prendedores, con más un brochecito y algunas perlas”.

Así mismo en la recepción de los objetos de plata labrada “se notó que no estaban consignadas tres potencias chicas”.( rayos de luz que se colocan en la cabeza de la imagen de Jesucristo, recordando su triunfo sobre la muerte, el dolor y el mal).

                                                                                 POTENCIAS DE PLATA

También se procedió a leer un acta en donde constaba que el Sr cura Bocanegra “vendió varias partidas de adobes de los destinados a la reparación de la Iglesia, a varias personas y el valor de estas ventas parciales se encuentran en poder del señor Desiderio Cosío, nombrado Tesorero de la obra, quien se declara responsable para su oportunidad”.

Con esto concluyó el acto, enviando una copia al Concejo Distrital, entregado en manos del Sr. Francisco E. Falen, secretario de dicha entidad quien también se hallaba presente en el acto de entrega y recepción de los alhajas, firmando todos los presentes.

                                                                          FIRMANTES DEL ACTA

Es posible que en esos momentos se discutiera nuevamente sobre el destino de las alhajas, siendo motivo para que el Párroco Tomás Cáceres manifieste que el Vicario y Párroco de Chiclayo Álvarez Campos había ordenado que las alhajas sean depositadas en la Parroquia de Chiclayo. Pero después de alegatos expuestos como las dificultades en su traslado, “se resolvió, de común acuerdo quedaran depositadas en poder del Síndico como llama (ilegible) la ley; de la cual doy fe:” Firmando el secretario del Concejo Sr. Falen, quedando las alhajas en poder del síndico del Concejo Sr. Toribio Ampuero.


                                                                   FIRMA DE FRANCISCO E. FALEN

Podemos suponer que hubo consenso entre las autoridades y los pobladores para no dejar que las alhajas salgan de Zaña y a pesar que era real el peligro de llevarlas hacia Chiclayo por los asaltantes de caminos u otro imponderable, más prevaleció el deseo de mantenerlas en su pueblo.

Pasaron varios meses de aquel año de 1898 y los pobladores de Zaña estaban sin párroco, (solo existen asientos en el libro de bautizo, en el mes de abril por el párroco Tomás Cáceres y luego por el párroco Álvarez Campos por encontrarse de tránsito en Cayaltí); llegando a finales del mes de agosto de ese año el Misionero Apostólico Fray Luis G. Miguel por orden del Vicrio de la Provincia Eclesiástica de Chiclayo, asentando su primera partida de defunción el 31 de agosto, siendo los siguientes asientos los correspondientes a los fallecidos durante todo el tiempo en que no tuvieron Párroco, las cuales fueron firmadas dando fe, por personas notables del pueblo entre ellos la firma más recurrente es del Sr. José Mercedes Cachay (Ferreñafe 1858/1925 - quien llegó a Zaña en 1882 y  posteriormente en 1913 lideró el enfrentamiento contra los hacendados de Cayaltí por los abusos que cometían). Luego continúan los asientos del Misionero encargado.

                                              FIRMA COMO TESTIGO DON JOSÉ MERCEDES CACHAY
                                                               MISIONERO FRAY LUIS G. MIGUEL


                                                                  FOTO DE JOSÉ MERCEDES CACHAY

Al año siguiente de 1899, llega a hacerse cargo de la Parroquia de Zaña el cura Artidoro Cacho Cabanillas (Cajamarca 1866 / Chiclayo 1936), quien se afinca en ese pueblo y en donde tiene a su familia y es recordado por su labor no solo pastoral sino en lo social y cultural.(Escribió varias obras teatrales cómicas cortas y estaba siempre orientando y apoyando en las actividades sociales del pueblo).

(Para escribir este artículo, me he basado como documento medular, en el acta  de entrega de las alhajas que se encuentra en el libro de bautismo 1895-1898 de la Parroquia de Zaña, en las páginas foliadas con los números 102, 103, 104. El resto de datos descritos es producto de una investigación de personajes y hechos.

 De esta manera damos a conocer un hecho olvidado de nuestra historia regional y por los pobladores de Zaña).

 


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