UN TORERO EN
PIMENTEL (1921)
La historia de la afición taurina en el dpto. de Lambayeque
es de larga data; desde el siglo XIX cuando se realizaban corridas en el
terreno donde hoy se encuentra la Catedral, luego a inicios del siglo XX en
improvisados cosos levantados en lugares abiertos como por ejemplo donde hoy
está el hospital de Las Mercedes, para luego en los años veinte se construyó la
primera Plaza de toros frente a la Plazuela Elías Aguirre , propiedad de don
Francisco Cassareto.
En esos años en que el medio de transporte con el exterior
era mediante transporte marítimo, es con la llegada de uno de ellos a los
puertos lambayecanos (Pimentel y Eten), que iniciamos esta historia; se trataba
del vapor “Urubamba” que fondeó frente a Pimentel el 7 de diciembre de 1921.
Entre los pasajeros, venían dos personalidades: uno de las
letras y otro del toreo (José Santos Chocano y Rafael Gómez Ortega); en esta
crónica nos ocuparemos del segundo.
Rafael Gómez Ortega, “El Gallo” y luego llamado el “Divino Calvo” (Madrid
1882/Sevilla 1960). Quien recibió la alternativa en 1902 y en sus actuaciones,
combinó habitualmente grandes triunfos con fracasos, tanto en España como en
América, creador de la suerte llamada “serpentina”.
Este famoso torero se dirigía a Lima con toda su cuadrilla y
el empresario de toros Alfredo de Lama y Ossa, (Lima 1888/ ? ) reconocido hombre
de negocios y campeón de billar en el Club de la Unión de Lima. Fue a quien,
estando con el torero Belmonte le preguntaron ¿Crees que más salvaje son los
toros o más brutal es el box? A lo que interrumpiendo Juan Belmonte, respondió:
“Ambas cosas son salvajes y precisamente en el salvajismo de estos dos
espectáculos estriba la admiración de los públicos. La diferencia reside en que
el arte del box es inferior. Es mecánico, reglas fijas lo enmarcan. En el toreo
hay ritmo, línea, movimiento, elegancia, fiereza. Conquistar la perfección en
un circo de toros es mucho más difícil que lograrla en el ring”.
El encargado de las entrevistas tanto al “Cantor de América”
como al “Divino Calvo” fue el periodista
Cesar E. Ferreyros, redactor viajero de la revista “Mundial” de Lima, quien se
encontraba en Chiclayo (aunque la entrevista para el torero fue accidental).
También subieron al barco un redactor de “El Tiempo” de Chiclayo en busca de
sus apreciaciones del vate.
El señor Ferreyros conversó con el torero en el Smoking Room
del barco, tomando unas bebidas verdes junto con el Sr. Manuel Irigoyen y el
diputado Dr. Augusto Peñaloza, quienes venían también en el barco. Detalles de
aquellas entrevista no las publica en su crónica “Dos horas con José Santos
Chocano- De Pimentel a Eten” pero si lo
ilustra con fotografías del cultor de la tauromaquia.
Esta es una pequeña crónica del paso por nuestro puerto de Pimentel
de un famoso torero rumbo a la capital.
DATOS:
Tomado de la Revista “Mundial” # 83 del 16 de diciembre de
1921 - del 03 de diciembre de 1920 # 32 y datos sueltos del Internet.
Interesante y bien documentada crónica Miguel.
ResponderEliminarCompartí tu crónica con el historiador valenciano José Aledón Esbrí y te incluyo parte de sus comentarios:
ResponderEliminar" Muy interesante la información que ha recopilado tu amigo. Es particularmente importante la declaración de Belmonte sobre el arte del toreo y las muchas contingencias que le afectan. Según dicen, Rafael el Gallo hubiera sido igual o mejor que José si hubiera tenido el suficiente valor, algo que José y Juan sabían mejor que nadie. "
Gracias Pepe.
Eliminar