CUANDO EL DIA SE HIZO NOCHE EN CHICLAYO
(Chiclayo
fue considerada como ciudad astronómica)
JOAQUÍN GALLO MONTERRUBIO
El
presente relato, está basado en hechos ocurridos en enero de 1944, el
cual publiqué en este Blog el 1 de enero del 2021 (en físico el 2012); al haber hallado algunos
datos importantes, vuelvo a publicarlo con esos agregados que no son muchos
pero han ayudado a cerrar algunos pequeños vacíos (Algunos datos mas detallados
de actividades, nombres de personajes etc.). Además la comunicación recibida y el prólogo de la 1° edición.
Comentario sobre este relato enviado en el 2015 por la hija de uno de los protagonistas:
Estimado Sr. Miguel Angel Díaz Torres
Le escribe Judith Zubieta, hija del profesor Luis Zubieta Russi, quien le agradece profundamente el relato que tan generosamente nos comparte. Mi padre comentaba con mucho entusiasmo ese fantástico viaje que hicieron a Perú, en plena guerra mundial; siempre se expresó con gratitud por la espléndida acogida que el gobierno peruano y los pobladores de Chiclayo le dieron a toda la misión mexicana que participó en esa observación del eclipse total de sol.
Muchas, muchas gracias por tomarse el tiempo y darse a la tarea de buscar las fuentes documentales de este episodio, y por el lindo relato que nos ha permitido conocer nuevos detalles de tan importante expedición científica.
Saludos cordiales y mi gran agradecimiento
JUDITH ZUBIETA
(UNAM) -MEXICO
Prólogo
El
amor y la pasión por estudiar y divulgar aspectos históricos de la tierra que
lo vio nacer y el gusto por la literatura y la investigación hacen que el historiador
chiclayano Miguel Diaz Torres nos deleite nuevamente con su cuarto relato
llamado “Cuando el día se hizo noche en Chiclayo”. Un maravilloso trabajo con
el que hemos de tener en cuenta dos aspectos primordiales: Primero, que es el
resultado de una gran preparación e investigación por parte del autor con un
gran aporte a la historiografía chiclayana y por otro lado una divulgación con
que el autor quiere poner al alcance de propios y extraños, y en especial de
sus coterráneos el conocimiento de hechos sucedidos en su patria chica.
El
interés y la importancia de este texto es múltiple porque el autor reproduce
una clara descripción física de la ciudad de Chiclayo en los años cuarenta
utilizando al joven protagonista Asunción Chafloque como guía turístico de los
espacios que se recrean haciendo que los lectores nos reencontremos
imaginariamente con los lugares de la antigua capital del Departamento de
Lambayeque. De otro lado la diversidad
de manifestaciones y protagonistas nos muestra un enfoque debajo de los hechos
históricos, es decir una visión panorámica de la vida cotidiana del ser humano,
sus problemas, anhelos y necesidades con lo que el autor integra la historia
política oficial del momento relacionados con la historia “interna” término al
que Miguel de Unamuno le llamó: Intrahistoria. Asimismo, el autor nos ofrece en
su relato una minuciosa y apasionante descripción de dos hechos históricos
mundiales que tienen efecto en la lejana pero no ajena ciudad de Chiclayo: La
Segunda Guerra Mundial y El eclipse total de sol del 25 de enero de 1944 así como
la conmoción que produjeron ambos hechos en la población motivo por el cual el
autor denomina su relato literario Cuando el día se hizo noche en Chiclayo,
en alusión al fenómeno astronómico.
Ante
la inexorabilidad del paso del tiempo, el hombre siempre se ha visto en la
necesidad de narrar experiencias, emociones y sentimientos con la finalidad de
prevalecer, entretener, divertir y moralizar, así es que nace la Literatura y
en este contexto es importante resaltar que el relato Cuando el día se hizo
noche en Chiclayo constituye un relato exquisito poseedor de un envidiable ritmo,
un preciso lenguaje coloquial, una dosis alucinante de estupenda imaginación y
una absoluta claridad de redacción con lo que podemos decir que Miguel Diaz
Torres une la literatura, la historia y la sociedad utilizando su relato como
documento de época, estableciendo las conexión entre los textos y las
realidades humanas, la política, las sociedades y los hechos creando una
empatía y una solidaridad con lo contado que hace que este relato se torne
inolvidable obligándonos a los lectores valorar la capacidad del autor y su
enorme esfuerzo y sacrificio para reconstruir y divulgar parte de la historia
de Chiclayo en su relato literario.
Mi
agradecimiento a Miguel Diaz Torres por confiar en mí la presentación del
presente relato.
Ana Cecilia Balarezo Mesones
Español y Literatura/
Educación Multicultural y
Multilingüe
FLORIDA STATE UNIVERSITY
Cuando el día se hizo noche en Chiclayo
Capítulo
1
Recuerdos de Asunción Chafloque
Para el joven Asunción Chafloque era muy
agradable sentarse en una banca del parque principal de Chiclayo, más aún durante
aquel 5 de enero de 1944 en que el calor comenzaba a acentuarse por la noche; siempre
escogía una de las bancas que daban a la calle Elías Aguirre porque sentía que
el aire fresco le llegaba mejor.
Contaba con veinte años pero tenía la apariencia
de un muchacho menor ya que era bajo de
estatura y de cuerpo menudo, pero se sentía feliz por estar aprendiendo un
oficio como ayudante en la sastrería “Contreras” de la misma calle Aguirre #
69.
Aquella noche recordaba su niñez. Tenía la
mitad de años cuando su padre le regaló una bicicleta –un presente esperado con
ansias por Asunción; era de segunda mano y bastante viejita, pero todavía en
condiciones de ser usada; su padre la había comprado a don Domingo Arbulú y
Arbulú aprovechando el cierre de su negocio de alquiler de bicicletas en una de
las tiendas de los bajos del Hotel Royal.
Con ella había hecho sus paseos por la
ciudad hasta el momento en que comenzó a trabajar, hacía poco; por aquellos
años eran cada vez más largos sus paseos en bicicleta, unas veces recorriendo
la recta calle Balta y dando vueltas al Parque Principal, cuadrando su
bicicleta en la vereda del Parquecito “Cabrera” que estaba junto al parque
principal y frente a la Iglesia Matriz. Desde allí observaba las reuniones
sociales que se realizaban en los salones del Club de la Unión -ubicados en los
altos de “Los Portales”-; otras veces yendo por la calle Lapoint se detenía a
observar el movimiento comercial de la cuadra del Mercado donde innumerables
camiones venidos de las haciendas y pueblos se estacionaban para vender sus
artículos o efectuar sus compras ya que las principales casas comerciales
mayoristas se encontraban allí.
PARQUECITO "CABRERA"
En otras oportunidades ,recorría todo Elías
Aguirre, daba unas vueltas en la Plazuela Aguirre deteniéndose a descansar un
momento en la calle San José ,frente a la puerta de ingreso a la Plaza de Toros
de Don Francisco Casaretto para luego continuar por Elías Aguirre hasta la
Estación del Ferrocarril a Eten y seguir unos metros más allá a fin de dar
vuelta en aquella columna de cemento armado erigida en homenaje a los héroes de
la guerra con Chile que era la Plazuela del “Obelisco”; y muchas veces a
propósito, llegaba a las cinco de la tarde para observar aquel inusitado
movimiento de vehículos, tanto de automóviles de plaza como de carretas de carga que se ubicaban en la puerta de ingreso
a la Estación; a esa hora coincidían los trenes que venían del Puerto Eten a
Lambayeque y Ferreñafe y los pasajeros que llegaban de esos lugares así como
los que estaban de paso ; era una gran aglomeración de gente ,a la que se sumaban
aquellas personas que llegaban a recibir a algún conocido o que simplemente lo
hacían como paseo vespertino. Asunción continuaba su recorrido luego de que el
señor Humberto Aste, muy serio él con su gorrita de visera de hule, hiciera los
toques de campana y pito dando la señal de partida a los trenes.

VISTA HOSPITAL DE LAS MERCEDES Y AL FONDO ESTACIÓN DEL FERROCARRIL A ETEN
Pero el paseo que más le gustaba por esa
época, era el que realizaba a lo largo de la calle Sáenz Peña, en dirección
sur, hasta los antiguos terrenos de la hacienda Chacupe por donde se encontraba
el aeropuerto de Chiclayo que era un pequeño edificio con tres accesos en forma
de arco cuya parte superior se proyectaba hacia afuera en un voladizo inclinado
con tejas rojas. Tenía la esperanza de llegar algún día a subir a uno de esos
aviones como los Douglas DC 3 de “Faucett“ o de la Cía. “Panagra”(estos últimos
hacían escala para abastecerse de combustible). Se repetía: “tengo que ascender
algún día por los cielos en un avión, por las puras no me llamo Asunción”. Ya
de regreso por la calle Sáenz Peña se detenía a la altura de Tacna a observar
de abajo hacia arriba la antena de la radio “Delcar”, ubicada en la parte
trasera de aquella casa de techo a dos aguas que alojaba las oficinas y el
estudio en el que se presentaban muchos artistas, puntualmente acompañados al
piano por don Polito Bedoya. Asunción sonreía al recordar aquellas palabras que
se repetían por la radio: “OAX-1A, en los 6,150 kilociclos”.
El interés por todo lo que sucedía en el
cielo, recordaba, le venía de cuando tenía doce años y no olvidaba la fecha ya
que al día siguiente se celebró el Centenario de Chiclayo. Aquel miércoles 17
de abril de 1935, a las cuatro de la tarde, vio en el cielo chiclayano una
escuadrilla de ocho aviones que después se enteró que eran los Caproni 114 y
111. La gente se volcó al campo de aterrizaje; él, en su inseparable bicicleta,
también lo hizo. Había cientos de curiosos. Las autoridades llevaron a los
visitantes en carros que Asunción persiguió presuroso. Vio cómo a los oficiales
de aviación se les hospedaba en el Hotel Royal del Parque Principal en tanto
que los suboficiales quedaron alojados en la pensión “Cabrejos”, aquel edificio
de la calle Balta en esquina con Leoncio Prado, mientras a los subalternos les
correspondió el Círculo Departamental de Empleados que estaba al costado de la
Catedral en la calle Elías Aguirre.

CELEBRACIÓN EN EL ATRIO DE LA IGLESIA NUEVA DEL CENTENARIO DE CHICLAYO
Al día siguiente, los visitantes asistieron
al Te Deum en el atrio de la Catedral y al mediodía partieron levantando el vuelo
ante la algarabía y el júbilo de la población que acudió a despedirlos. Eran
los inicios de la Base Aérea de Chiclayo.
Desde esa fecha, Asunción Chafloque
siempre hacía sus paseos por el aeropuerto, hasta que un nuevo hecho ocurrido
allí lo volvió a impresionar. El 23 de Setiembre de 1940, al encontrarse cerca
de la Base Aérea adyacente al aeropuerto observó el ascenso de tres aviones
Caproni, que ya conocía desde aquel abril de 1935, y de repente vio caer de
ellos unos como hongos. Contó uno…dos… tres….hasta ocho. Al observarlos con
mayor detenimiento, porque el radiante sol empañaba la visión, se dio cuenta de
que eran en realidad hombres que habían saltado de los aviones; después supo
que los que estaban realizando aquella demostración eran paracaidistas y se
enteró, todavía más tarde, que era la primera vez que un hecho así se realizaba
en el Perú y del cual él había sido testigo accidental.
Eran hermosos recuerdos pero no
los podía separar de otros no tan agradables que estaban aún frescos en su
memoria. No había pasado ni año y medio año de un asunto que le resultaba doloroso
recordar, y aunque Asunción, no entendía de política el hecho le parecía
injusto. En esa oportunidad, paseaba en su bicicleta temprano de mañana por la
calle Vicente de la Vega y vio a lo lejos una multitud en la cuadra de la
Comisaría. Al acercarse, observó un ómnibus estacionado en la puerta de la dependencia
policial, desmontó de su bicicleta y llevándola junto al vehículo caminó a su
alrededor, mirando a los hombres sentados en su interior. Los vio con los
rostros desencajados mientras otros tenían la mirada perdida y por sus mejillas
corrían lágrimas. Entre aquellas personas distinguió al señor Yoshioka del bar
“El Mikado” de Elías Aguirre frente al parque principal donde muchas veces
había tomado lonche. Reconoció también al señor Nakagawa de la calle Colón
quien le había tomado fotos alguna vez y más allá vio al Sr. Uchiyama de la
tienda “Todo Barato” de la calle Vicente de la Vega”. Qué hacían tantos
japoneses allí? ”, se preguntaba.
Al otro lado del ómnibus observó que en la
puerta de subida había policías en custodia. De pronto sufrió una gran impresión
al ver dentro del bus al Sr. Weiss, director del Colegio San José. Asunción lo conocía,
aunque no había estudiado alli pero ¿Quién no conocía al gringo alto del San
José?. Junto a él estaba el Sr. Woyke, dueño de la tienda en que alguna vez Asunción
había comprado herramientas y detrás de ellos se encontraba el Sr. Rechter al que
siempre veía en la puerta de su hotel, el “Europa”.
“¿Qué pasa?”, le preguntó a uno de los
curiosos que en silencio observaba la escena.
-Estos japoneses y alemanes están en la
lista negra de las autoridades por el asunto de la guerra mundial. Los han
acusado de espionaje. Van a llevarlos a Lima y de allí a los Estados Unidos.
Asunción replicó:
- Pero yo conozco a varios de ellos; son
gente trabajadora y no se meten con nadie; además, al Sr. Weiss todos lo
conocen y respetan.
-Así está la política en estos días
amiguito -le contestó su ocasional interlocutor que de inmediato se retiró del
lugar.
Asunción no entendía tal abuso y
acercándose a la ventana por donde veía al Sr. Weiss, levantó su mano y la
colocó abierta sobre la luna sólo atinando a mirarlo en un mensaje silencioso
de solidaridad: “Sr. Weiss, estamos con
Ud.”. El gringo, por su parte, lo miró bajando luego la cabeza como si
dijera: “Todo está consumado, amigo”.
Asunción se retiró conmovido de aquel lugar, sin entender la injusticia que se
cometía.
-
º -
Esos hechos habían marcado su vida aunque
ahora sólo fueran imágenes del pasado. La llegada de un ómnibus de la empresa
“Roggero” que venía de Lima, lo sacó de sus ensueños. Observando la llegada de
personas, al parecer extranjeras, se acercó por curiosidad a las oficinas de la
agencia de viajes, luego de cruzar desde el parque la calle Elías Aguirre. Eran
las 9.00 pm. A esa hora de la noche llegaban los ómnibus que hacían viaje
diurno desde Lima.
EMPRESA "ROGGERO" FRENTE AL PARQUE PRINCIPAL
CAPITULO 2
EL ENCUENTRO CON JOAQUIN GALLO
Al acercarse a la agencia, Asunción, observó
a un señor alto, de entradas prominentes y terno a rayas, que se encontraba
hablando con otras personas. El señor le preguntó:
-“¿Podrías decirme dónde queda el Hotel
“Europa”?” y ,luego de pensarlo un
momento: “¿Podrías también hacerme el favor de llevar las petacas?”,
señalándole su equipaje.
-“Cómo no, queda en esta misma calle, a dos
cuadras. Con mucho gusto le llevaré su equipaje”, contestó amablemente
Asunción, tomó las maletas y se dirigió al hotel conversando por el camino con el
extraño personaje.
- Mi nombre es Asunción Chafloque, señor, ¿De
dónde viene Ud.?
- “Hijo, me llamo Joaquín Gallo Monterrubio
y vengo junto con mi equipo de trabajo de la República de México. Hemos venido
a esta ciudad para observar y estudiar un fenómeno celeste que está próximo a
suceder”, al tiempo que levantaba el brazo y señalaba hacia arriba.
- Qué interesante señor. Todo lo que esté
en los cielos es de gran curiosidad para mí, ¿me podría decir algo más? .
- Mira Asunción. Me has caído bien. Me
haces recordar a los muchachos de mi país. Espérame un momento, me registro y
doy instrucciones sobre el cuidado de los equipos que hemos traído y luego me
enseñarás un buen lugar para comer que estoy con gran apetito y, creo también,
mis compañeros.
HOTEL "EUROPA"
Asunción esperó según lo convenido, luego
de lo cual llevó a Gallo y sus acompañantes al Salón “Bolívar”, al lado del
Teatro 2 de Mayo. Ocuparon una mesa y Joaquín Gallo le presentó a su equipo.
- “Mira chamaco, los amigos y compañeros en
esta misión son (y al decirlo comenzó a
señalar uno a uno a todos los reunidos en aquella mesa): El doctor Félix
Recillas y el mecánico José Alva que vienen del observatorio de Tonantzintla;
el profesor Luis Zubieta que viene al igual que yo del observatorio de Tacubaya,
y por el departamento Naval don Pedro Montejo y Hugo Cuesta así como el
auxiliar, mi tocayo Eduardo Gallo.” Luego, dirigiéndose a todos y señalándolo
dijo: “Caballeros, les presento a mi joven amigo Asunción Chafloque”.
- “Bueno, dejemos el protocolo” y, al
acercarse el mozo, le preguntó: “¿Cuál es la especialidad de la casa?”.
- El pan con pavo es lo mejor - respondió
el mozo-.
Al darse cuenta don Joaquín Gallo de la
cara de extrañeza de sus acompañantes soltó la carcajada y les dijo:
- Pavo es lo que en nuestro país es el guajolote.
Conozco algo del Perú. Sírvanos pavo a todos con una taza de café.
- ¿y tú, amigo peruano, qué te sirves?
- Para mí un buen pan con queso crema de
Udima.
Mientras comía, Asunción se animó a
preguntarles qué habían venido a estudiar.
Le
contestó el señor Recillas: “Hemos venido a observar un eclipse total de sol
que tendrá lugar el 25 de este mes. Esa es la finalidad de viajar desde tan
lejos. Llegamos al Perú a bordo de la cañonera “Querétaro”, superando muchas
dificultades, a pesar de la guerra mundial que ha impedido venir a científicos
de otros países. Estamos muy agradecidos del gobierno peruano que nos recibió
junto a la delegación de la Armada Mexicana en el Callao hace dos días.
Recillas entendió que faltaba algo en su
explicación y añadió:
-Los eclipses suceden cuando un astro,
planeta o satélite oculta a otro desde el punto de vista de un tercero, en este
caso la Tierra.
Joaquín Gallo, terció y dijo: “Se ha
escrito tanto sobre esto que hasta en la Biblia encuentras referencias al
respecto. En el versículo 9 del capítulo 8 del Libro de Amós se lee que: ‘En ese día, dijo Yavé, haré que
el sol se ponga a mediodía y oscureceré la Tierra a pleno día’ .Algo así va a
suceder dentro de tres semanas, ¿comprendiste mi joven amigo?”
“Claro”, contestó muy seguro Asunción, y
agregó: “me gusta leer bastante y como dice la novela ‘El Daño’ de un escritor
peruano: ‘¡ De brujo, de cohetero y tinterillo/no hay cholo que no entienda un poquillo
¡’ “
Soltaron todos la carcajada por la
ocurrencia del muchacho.
-Si te gusta la lectura, continuó Joaquín
Gallo, consíguete la novela de Julio Verne “En el país de las pieles” donde se
contempla un eclipse. Además tengo grabada en mi mente la parte del “Quijote de
la Mancha” en la que el estudiante de Salamanca que decía saber de la ciencia
de las estrellas y de lo que pasa en el cielo, hablaba del cris del sol y de la
luna a lo que el Quijote comentó: “Eclipse se llama, amigo, que no cris, el
escurecerse esos de los luminares mayores.”
“Mañana -dijo Gallo- vamos a visitar a las
autoridades de la ciudad para que nos brinden su apoyo”. Asunción lo
interrumpió diciendo: “Yo los puedo llevar donde el señor alcalde don Nicolás
Cuglievan” pero Joaquín Gallo replicó: ” En Lima nos han indicado que visitemos
al Prefecto Adriano Baca para que nos preste las facilidades necesarias”.
“Está bien, señor -respondió Asunción-. Por
mi parte, mañana mismo voy a conseguir la novela que me ha recomendado. Iré a la librería “El Cóndor” de la calle Alfonso
Ugarte; la dueña es amiga de mi madre ya que allí aprendió a hacer muñecas de
biscuit .
La conversación entre los visitantes
continuó. Hablaron sobre los equipos que traían, las coordenadas, los cálculos
etc. Asunción Chafloque escuchaba con mucha atención, y se sentía feliz de
compartir una mesa con los científicos extranjeros.
Al finalizar la tertulia, salieron rumbo al
hotel “Europa” donde Asunción se despidió, con la promesa de volverlos a
encontrar y apoyarlos en lo que fuese necesario. Era muy importante para él por
su interés en todo lo que sucedía en el cielo.
CAPITULO 3
LOS PREPARATIVOS
A la mañana siguiente, los miembros de la
expedición mexicana fueron a visitar al Sr. Prefecto don Adriano J. Baca; la
autoridad los recibió con cortesía y encargó a su secretario que los acompañase
a recorrer la ciudad en busca de un local apropiado para instalar el equipo de
observación astronómica.
El recorrido duró todo el día, visitaron
varios locales, entre ellos el Colegio del Rosario, donde los atendió la Rvda.
Madre María Imelda, y otros locales escolares. Eligieron los terrenos anexos al
Centro Escolar # 221, ubicado a poco menos de un kilómetro al oeste del parque
principal cuyas coordenadas geográficas les había proporcionado la Oficina
Cartográfica del Perú.
COLEGIO # 221 DONDE INSTALARON SU LUGAR DE OBSERVACIÓN
Dos días después iniciaron los trabajos en
el terreno para ubicar los instrumentos en el meridiano y dar a las cámaras la
debida orientación. Asunción los acompañaba, muy solícito. El señor Gallo le pidió
que ayudara a clavar unas estacas mientras tomaba ciertas medidas a fin de
determinar el azimut geográfico*.Asunción
observaba a aquellos hombres que con sus aparatos de precisión obtenían los
datos que necesitaban, y escuchó decir a Joaquín Gallo:
*Angulo formado por la
dirección en la que encuentra un objeto situado en la superficie terrestre y la
dirección del polo norte
-“Bien amigos ya obtuvimos un estimado de
la ubicación de este terreno y ahora debemos instalar aquí el refractor; estamos
en latitud S. 6°46’,9 y longitud W. 5h 19m 25s”.
Los otros instrumentos, instalados en los
siguientes días, fueron cubiertos por un tejabán construido con material en
desuso proporcionado por las autoridades chiclayanas.
Un día, mientras regresaban al hotel,
Asunción le preguntó al Sr. Gallo quien le ayudaba llevando algunos
instrumentos pequeños:
- Lo noto un poco preocupado, ¿qué lo tiene
así?.
-Si amiguito, me preocupa que las nubes
empiecen a verse a partir de las seis de la tarde y duren hasta las nueve de la
mañana del día siguiente. Espero que el cielo esté despejado el día del
eclipse, y además estoy esperando que el Dr. Harlow Shapley del Observatorio de
Harvard nos envíe dos polaroides para su empleo en esta ocasión. Ojalá lleguen
a tiempo.
-Estoy convencido de que todo saldrá bien -le
contestó Asunción en su afán de darle ánimo-
-Si amiguito, confiemos en que Dios no nos
abandonará después de haber recorrido miles de kilómetros para poder observar el
fenómeno.
Al llegar al hotel lo esperaba un
periodista del “El País” de Chiclayo, para hacerle una entrevista. El astrónomo
accedió pero antes le encargó a Asunción una revista:
-Mientras atiendo la entrevista, puedes
hojearla; es una revista norteamericana y le dedica un artículo al tema que
estamos estudiando. Tiene diagramas y mapas.
Asunción se sentó en una silla del hall de
ingreso y leyó sin entender: “Sky and
Telescope”, october 1943. Comenzó a hojearla y a tientas llegó al artículo sobre
el eclipse total de sol del 25 de Enero de 1944. Observó todos los dibujos,
tratando de comprenderlos, y en simultáneo prestaba atención a lo que decía el
entrevistado: “Lambayeque ha sido favorecido en esta oportunidad con la
realización del fenómeno luni-solar del 25, teniendo Chiclayo la categoría de Ciudad
Astronómica como lo son en forma periódica diversos lugares del planeta…”. Al
concluir la entrevista, escuchó que Gallo decía: “La finalidad del estudio del
eclipse es analizar la luz y la extensión de la corona y ver si ésta tiene
relación con la luz zodiacal, examinar el eje magnético del sol (…), comprobar la desviación de la luz de las
estrellas al pasar cerca del sol, confirmando la teoría de la relatividad de
Einstein”
Asunción no alcanzaba a comprender el
sentido de lo que decía el astrónomo pero de alguna manera se sentía orgulloso
de haberlo conocido. Al despedirse, Asunción devolvió la revista y preguntó al
señor Gallo: “¿Cuándo habrá otro eclipse igual al que vamos a observar?”
-Mira amiguito, el próximo eclipse total de
sol visible en el Perú tendrá lugar el 30 de mayo de 1965, muriendo la sombra
en Huarmey.
Pasaron los días y llegó la noche del martes
18 de enero. Asunción junto a sus padres y hermanos menores estaban sentados alrededor
de la mesa del comedor terminando de escuchar por radio “Delcar” el programa
concurso “El Disco de la fortuna” que repartía diez soles semanales en premios
y era auspiciado por el almacén de casimires Alfonso Marrese. Asunción se
emocionó al escuchar: “Vamos a entrevistar al ilustre visitante, presidente de
la Comisión mejicana, Sr. Joaquín Gallo”. Una vez que fue presentado, el
astrónomo dijo: “Al tener el alto honor de saludar a los radioescuchas de este
trabajador pueblo de Chiclayo, no soy yo quien saluda, sino la Comisión
científica mexicana que ha venido a este país amigo a observar el eclipse total
de sol del 25 de enero próximo (…).En otras partes, las naciones luchan unas
contra otras, nosotros los mejicanos que visitamos este hospitalario Perú,
traemos una misión del señor Presidente de Méjico don Manuel Ávila Camacho.
Vaya Ud. Gallo, me dijo, y haga amigos para México, y estoy cumpliendo el
encargo. Perú y México no se hacen la guerra, colaboran en una misión
científica y los dos pueblos unen sus manos en manifestación cordial de franca
amistad.”
-Asunción emocionado les dijo a sus padres:
“El Sr. Gallo es mi amigo y estoy colaborando con su misión científica”. Se
levantó de la mesa para retirarse a su dormitorio, muy contento de su circunstancial
cercanía al astrónomo mejicano.
En aquella semana anterior al evento
celeste, el interés por el tema se puso de manifiesto con las conferencias
científicas organizadas por el Grupo “ALBA” (Agrupación Literaria Bellas Artes),
institución presidida por el Dr. Arturo Cabrejos Falla. Las charlas tuvieron
lugar a las 9.00 p.m. en el Círculo Departamental
de Empleados de la calle Elías Aguirre, a un costado de la catedral inconclusa.
El Ingeniero geógrafo Joaquín Gallo tuvo a cargo una de ellas y mereció los aplausos del abarrotado público asistente,
por la manera sencilla y amena en que desarrolló su exposición.
Días después, el 18 de enero, el señor Luis
Zubieta Russi disertó sobre “El Sistema
Planetario” siendo también calurosamente aplaudido por el público asistente y felicitado
a continuación por los integrantes del Grupo “ALBA” y por el presidente del
local anfitrión quien le invitó a pasar a la cantina de la institución, siendo
agasajado con pastas y refrescos.
En aquellos días previos al eclipse se
vivía un ambiente “de fiesta”. El fenómeno celeste era motivo de conversación; incluso
aparecieron fugaces conocedores de astronomía que se animaron a explicar
algunos aspectos del fenómeno a ocasionales interlocutores, invitando a las
personas a observarlo y exclamando a viva voz algo así como: “Es conocido que
nuestro público se pirra por los espectáculos, por ejemplo los matrimonios, en
que la avalancha es incontenible, y
muchas veces ha habido que cerrar las puertas de la Iglesia Matriz .Hoy, que
las puertas del cielo han de permanecer de par en par felizmente no habrá
porteros oficiosos que las cierren y nuestro público ha de poder ver este
martes cómo se unen el sol y la luna”.
CAPÍTULO 4
DIAS PREVIOS AL ECLIPSE
El domingo 23 de enero fue de gran alegría
para el señor Gallo. El día anterior, había recibido por correo los tan ansiados
polaroides enviados por el Dr. Shapley y aquella mañana el cielo había
amanecido totalmente despejado, señal de buen augurio; era forzoso que el
martes amaneciera también con un cielo transparente.
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º -
Aquel
día, comenzaron a llegar las delegaciones peruanas como la Comisión científica
de la Facultad de Ciencias de la Universidad Mayor de San Marcos representada
por el Ing. Juan Portocarrero y el doctor Alfredo Rosenblat *.
Por su parte, el Gobierno Peruano acreditó
comisiones compuestas por personal de las tres fuerzas armadas: La Comisión de
la Marina estaba presidida por el Contralmirante Carlos Rotalde**, la del Ministerio de Aeronáutica
por el coronel B. White *** y la Comisión del Ejercito estuvo a
cargo del Coronel Dianderas al que secundaba el Comandante B. Vallenas. Los visitantes
fueron hospedados por el Coronel M. Escalante, jefe de la Base Aérea, en sus
instalaciones. Allí mismo, comenzaron a instalar los aparatos destinados a
observar el fenómeno sideral que se avecinaba.
Además, llegaron redactores de diarios de
Lima y otras ciudades así como representantes de agencias noticiosas
extranjeras.
*El
ingeniero Portocarrero se desempeñaba como catedrático principal de Astronomía Práctica
en tanto que el doctor Rosenblat era un reputado matemático polaco miembro de
la Universidad de Cracovia. Otros
integrantes de esa comisión fueron Enrique Gamarra Hernández, Juan N.
Portocarrero, Benjamín Mostajo Fernando Romaña, Víctor Estremadoyro y varios
alumnos de la Facultad.
**Sus
otros integrantes fueron los capitanes de corbeta Eduardo Carrillo y Sergio
León de Vivero y el teniente primero Miguel Flores.
*También
integraron la comisión el Ing. Carlos A. García Méndez, Ed. Polley y los técnicos meteorológicos José Dextre
Freyle y Aurelio Pinillos.
Bajo los toldos delanteros del hotel
“Royal” ya se encontraban muchos forasteros tomando algún refresco o bebida y viendo el ir y venir de la gente.
VISTA DE CHICLAYO, AQUEL AÑO DEL ECLIPSE
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º
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Durante ese fin de semana, Asunción
acompañó a Gallo y su equipo en los preparativos; fue testigo de la seriedad y
meticulosidad de su trabajo.
Gracias al apoyo del Contralmirante Carlos
Rotalde, la Comisión Mejicana logró disponer de un radio receptor, con el que
pudieron oír las señales horarias de Estados Unidos a fin de efectuar el
cálculo aproximado de la duración de la oscuridad total, que resultó de 2m 42s
5d.
El equipo humano comandado por Gallo
realizó simulaciones del trabajo que debería llevar a cabo el día del eclipse.
La distribución de las labores fue la siguiente: Se designó como Contador de
Tiempo a Pedro Montejo quien debía golpear a cada segundo sobre un cajón y
gritar los segundos múltiplos de 5. La exposición de las placas de la cámara fue
encomendada a E. Gallo.
El profesor Luis Zubieta actuaría en la
cámara de ocho metros en tanto que el auxiliar Hugo Cuestas tomaría unas placas.
El manejo del refractor con el polaroide estaría a cargo de Félix Recillas y el
Ing. Gallo cuidaría el funcionamiento del celostato* y daría las señales al
principio y al fin de la totalidad. Repitieron
el entrenamiento por tres días.
Por otro lado el Ing. Gallo ha solicitado
el concurso de dos artistas plásticos de Chiclayo, los señores Eduardo Chang y
Silvio Almanza, quienes tendrán la misión de captar una impresión gráfica de la
corona solar en el momento mas interesante del eclipse (cuando se establezca el
segundo contacto).
*Aparato
provisto de un espejo, mediante el cual se envía los rayos de un astro en una
dirección fija.
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La tarde del lunes comenzaron a llegar autoridades
de todo el Perú como el Ministro de Aeronáutica, General Fernando Melgar quien
arribó en compañía del Ministro de Agricultura, Sr. Godofredo Labarthe*
De igual modo, vinieron el Ministro de
Relaciones exteriores, Alfredo Solf y Muro y el Ministro de Fomento y Obras
Públicas, Carlos Moreyra y Paz Soldán.**
Y de la Universidad de Trujillo arribó una
Comisión presidida por el Dr. Julio Eduardo Mannucci e integrada por los Ings.
Julio Gorbitz, Manuel Carranza, Biaggio Dileo, Alberto Novoa y el doctor Ramiro
Ñique E.
*Con
ellos, asimismo llegaron el Coronel J. Villanueva, Director general de la
Administración de Aeronáutica; el Coronel Silva Guillén, Director de la Escuela
de Oficiales de aviación; el Ing. J. Carrera, Jefe de la Comisión Técnica de
Lambayeque y el Comandante Guillermo Van Oordt, Jefe del Gabinete del
Ministerio de aeronáutica
**También
visitaron Chiclayo: El doctor Carlos Miró-Quesada Laos y su esposa; el señor
Carlos Palacios Moreyra secretario del Ministerio de Fomento; el doctor
Francisco Pastor, Senador por Puno y delegado de la Universidad de Arequipa; el señor Víctor
Baca A. Senador por Lambayeque; el Prefecto de La Libertad, Comandante Juan
Dongo y su esposa; el Ing. Acevedo, Inspector de aguas de la región del Norte y
numerosas personas de diferentes lugares atraídas por el fenómeno celeste.
CAPÍTULO 5
EL DIA ESPERADO
La mañana del martes 25 de enero de 1944,
Asunción Chafloque se levantó muy temprano y lo primero que hizo fue salir de
su dormitorio a mirar al cielo, encontrándolo limpio y completamente despejado,
y se sintió contento porque estaba seguro que también lo estaría su amigo
Joaquín Gallo.
Salió presuroso al Centro Escolar # 221
donde la Comisión Mexicana ya estaba haciendo sus preparativos mientras
comenzaba a llegar innumerable público al igual que autoridades locales como el
Prefecto Adriano Baca y personalidades civiles venidas de fuera.
Entretanto, las tres Comisiones castrenses
ya estaban concentradas en los terrenos de la Base Aérea para realizar la
observación astronómica propiamente dicha, constatar la hora exacta de los
contactos y verificar la faja de sombra con los instrumentos traídos, así como
tomar datos de la temperatura y de las variaciones de la humedad y el viento
durante el eclipse. Estuvieron acompañadas por las personalidades militares
llegadas de Lima.
Las instalaciones del nuevo local del
Colegio Nacional de San José, todavía en construcción, habían sido elegidas por
la Comisión científica de la Universidad Mayor de San Marcos como su puesto de
observación y el día anterior sus integrantes determinaron el punto geodésico
de observación basándose en las coordenadas de la torre N. O. de la Iglesia
Matriz de Chiclayo, proporcionadas por el Servicio Geográfico del Ejercito:
Latitud S 6º 47’00’’ y Longitud O 79º 50’ 47’’. A este lugar también llegó la
Comisión de la Universidad Nacional de Trujillo con su instrumental, estando
presentes además gran número de personas y entre ellas el Prefecto de La Libertad,
Comandante Juan Dongo así como conocidas damas de esa localidad. Por otra parte,
la Comisión científica de la Universidad de San Marcos envió al Ing. De la
Romaña a tomar fotografías, desde la torre nueva de la Catedral, situada en las
inmediaciones de la torre base de las coordenadas.
Gente de toda condición se volcó a las plazas, calles y lugares altos como
techos y azoteas, llevando consigo vidrios ahumados para poder ver el eclipse.
En la base de observación de la Delegación
mejicana, había tensión en espera del momento del primer contacto; la tensión
también se notaba en los científicos.
Joaquín Gallo pidió guardar silencio y
levantando la voz dijo: “Señoras y Señores: Nos vamos a olvidar de las cosas
terrenales para posar nuestra mirada fija
en el cielo, en pos de un espectáculo bello y QUE POR SU SINGULARIDAD
RECORDAREMOS SIEMPRE”. A las 7h 57m 1s se dio el primer contacto *. El público provisto de vidrios
ahumados o películas fotográficas veladas seguía muy atento los
acontecimientos.
*Para
el mejor estudio del eclipse la observación se dividió en cuatro partes o
contactos: El primero, cuando la sombra lunar tocase el extremo del Sol, el
segundo contacto se extendería hasta que se ocultase totalmente el Sol, el
tercero ocuparía el tiempo que durase la oscuridad total y el cuarto
comprendería desde el momento en que el Sol empezara a mostrarse nuevamente y
hasta que la separación de la Luna y el Sol fuera total.
VISTA DE CHICLAYO EN 1944
Con el paso de los minutos, se fue
produciendo una notable disminución de la luminosidad, el cielo tomó una
coloración con tintes amarillentos y algo verdosos y el disco de la luna empezó
a verse perfectamente negro como si fuera un profundo agujero en el cielo. Ya
para las 8.30 a. m. era palpable la disminución de la luz solar, aunque más que
disminución era opacidad. Seguían trascurriendo los minutos y el público
ubicado bajo un árbol cercano comenzó a impacientarse y el murmullo era general;
bajo su sombra se habían formado muchas medias lunas en el suelo, que acompañado
del descenso de la luminosidad ayudaba a crear un ambiente realmente extraño y
casi mágico.*
A las 9h 07m 56 s se dio la siguiente etapa:
la oscuridad total y ante tan completa ausencia de luz, en otros puntos de la
ciudad como la calle Balta, a mucha gente que caminaba despreocupada le causó
la sensación de que algo extraordinario ocurriría. Algunas madres abrazaban a sus hijos y
lloraban; otras personas se arrodillaban pidiendo misericordia al creador, el
pánico comenzó a aumentar entre los peatones, más aún al ver que las luces de
lugares cerrados como el Mercado de abastos y otros habían sido encendidas,
todo esto acompañado por la voz de un hombre que con Biblia en mano comenzó a
gritar: “Enseñaré portentos en el cielo y en la tierra, sangre y fuego y
columnas de humo; EL SOL SE VOLVERÁ EN OSCURIDAD y la luna en sangre antes que
el GRANDIOSO Y TERRIBLE DÍA DEL SEÑOR LLEGUE”**
*Efecto
que aparece bajo los árboles y se debe al “efecto cámara oscura” (“pinhole” en
inglés) provocado por la luz que atraviesa los pequeños espacios entre las
hojas.
**Joel
capítulo. 2 , versículos 30, 31 en el
Antiguo Testamento
CHICLAYANOS OBSERVANDO EL ECLIPSE DE SOL
Doña Panchita, vendedora de verduras del
mercado, escondió a su hija embarazada bajo su puesto de ventas para que su
nieto no saliese con una mancha negra “producto del eclipse”.
“Va a haber un terremoto como el de hace
unos días en la ciudad de San Juan, en Argentina”, comentaba alguno asociándolo
con este hecho. Un asustado empleado de oficina del centro de la ciudad rezaba
y decía: “Mi querido San Judas Tadeo cuida a mi familia y permíteme seguir
viviendo”.
A poco de comenzar la oscuridad, los gallos
de los corrales de la ciudad habían comenzado a cantar en un coro nunca antes
escuchado, haciendo más extraño aún el momento.
Otras personas observaban el fenómeno desde
el borde de la piscina Municipal en construcción y sobre su trampolín. Las
palomas se aquietaron y los gallinazos enloquecieron yendo en varias direcciones; los
pajarillos volaron a los lugares donde pernoctaban, muchos perros comenzaron a aullar
y las aves domésticas se recogían ante la sensación de la llegada de la noche.
En el centro de observación de la Delegación
mexicana algo similar venía ocurriendo, la temperatura ambiente había
disminuido notablemente así como la humedad, se sentía una suave brisa y en el
firmamento pudieron verse las estrellas, incluyendo a Venus. Al darse cuenta el
señor Gallo de que la gente estaba por entrar en pánico en aquella oscuridad
total, tuvo la idea de entonar el Himno Nacional del Perú y todos los allí
concurrentes le siguieron; fue un momento de grande y profunda emoción y en el
mismo instante en que apareció el primer chispazo de luz solar, los presentes
lanzaron sonoros vivas al Perú, disipándose la tensión. Esos 2m 40s habían sido
para los presentes, los más largos que hubiesen vivido. La última fase del
eclipse continuó hasta las 10h 32m 08s
en que el astro rey brilló nuevamente en todo su esplendor.
ASÍ SE VIÓ EL ECLIPSE EN CHICLAYO
Los periodistas que cubrían la noticia buscaron
al señor Gallo para tomar sus declaraciones. El entrevistado dijo:” Me siento
satisfecho de las condiciones del tiempo que han permitido en forma amplia
haber observado el eclipse, pues se han hecho estudios muy interesantes que se
han de desarrollar posteriormente, habiéndose tomado dieciocho fotografías”.
La Comisión Científica de la Universidad de
San Marcos también desde su puesto de observación brindó declaraciones a los
periodistas allí reunidos. El Dr. Rosenblat actuó como vocero: “Este eclipse
pertenece a la serie 10 D y hemos realizado estudios sobre el fenómeno llamado
“sombras volantes, además de un estudio sobre las protuberancias, la corona y
las manchas solares”.
En la Base Aérea, las Comisiones
castrenses, comunicaron que iban a alcanzar un boletín a la prensa sobre sus
observaciones, y en especial la Dirección de Meteorología y Aerofotografía del
Ministerio de Aeronáutica. Habían tomado datos de descenso de temperatura,
variaciones de humedad y viento durante el eclipse gracias a que se instaló un
adecuado observatorio meteorológico así como cámaras fotográficas especiales
tanto en tierra como en un avión que al momento del eclipse sobrevoló la
ciudad.
En la base de observación de la Comisión mexicana,
el público ya se había retirado comentando los recientes acontecimientos. Una
madre salió presurosa con su hijo de la mano diciendo: “Voy rápido a El
Porvenir para que la Srta. Lachapelle le vea los ojos a mi pequeño, cómo no se
le van a enrojecer con tanta luz y apagones”. Sólo los integrantes de la
Comisión y Asunción Chafloque permanecían en el lugar .Asunción se acercó a Gallo y le preguntó:
-¿Está conforme con lo acontecido?
-Sí, mi querido amigo, estoy satisfecho en
un 80 por ciento ya que hubo imponderables como la ruptura de una pieza del
regulador del celostato afortunadamente reparada por nuestro hábil amigo
mecánico José Alva, el revelado defectuoso de una de las placas y la ruptura de
la película cinematográfica en los momentos de la totalidad, me apena este
hecho, pero en fin son los imponderables que se presentaron a pesar de que en
los entrenamientos todo salió bien. Ahora nuestra tarea estará en recoger los
equipos.
-¿Cuándo partirán? Replicó Asunción con
tono triste
-Dentro de unos días regresaremos a Lima
para partir a México, pero no te pongas triste. Me voy con la mejor impresión
de tu pueblo, por todas las demostraciones de simpatía que hemos recibido. Es
un pueblo lleno de amistad y mi recuerdo será ese; la amistad que como tú nos
brindaron desinteresadamente, con un calor humano que no creo que tenga pueblo
alguno.
Se dieron un gran abrazo y Asunción se
retiró apenado, consciente de que no volvería a verlo por la distancia a donde iría
o porque a sus años el astrónomo no podría volver para el siguiente eclipse
total en el Perú.
Por la noche de aquel 25 de enero, gran
cantidad de público asistió al Observatorio Mexicano instalado en el canchón de
deportes del Centro Escolar #221 para apreciar los planetas y estrellas en el
anteojo ecuatorial facilitado al público por la Comisión mexicana, con la
amplia explicación del profesor Zubieta.
Al día siguiente 26 de enero a las 9 de la
noche, en el Circulo Departamental de Empleados se realizó la conferencia “Las
constantes fundamentales de la Astronomía” dictada por el Dr. Alfredo Rosenblat,
catedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de San
Marcos; ante una nutrida concurrencia el secretario de Cultura Sr. Ricardo
Guerra Q. hizo la presentación del conferenciante.
El día 27, el Ing. Gallo estuvo en las
oficinas del Correo – ubicadas interior de la Municipalidad y frente al parque
principal- dejando una carta dirigida al Director del Observatorio Nacional en Tacubaya
México, Sr. Enrique Erro en la que seguramente daba pormenores de la
observación del eclipse. El día 29 por la tarde, el Ing. Gallo concurrió a las
instalaciones del diario “El País” de Chiclayo para despedirse y transmitir su
cariñoso reconocimiento a las autoridades, instituciones culturales y pueblo
chiclayano por la acogida de la que fueron objeto.
Hubo un homenaje a México y a la Comisión
Astronómica el día 30 de enero en acto público organizado por las autoridades junto
con el “Centro Cultural “Garcilaso” en el Teatro “Dos de Mayo”, el cual resultó
estrecho para albergar a gran cantidad de personas que llenaron sus
instalaciones. Presidió la actuación el Sr. Prefecto del Departamento Sr.
Adriano Baca Burga, como delegado del Concejo Provincial el Sr. César Quiñones
Riquero. Estuvieron también presentes los personeros de las Instituciones
Públicas: Rotary Club, Agrupación Literaria Bellas Artes, Club Unión y
Patriotismo, Sociedad Amantes de las Artes, Delegados de las Instituciones
Obreras del departamento, poetas e intelectuales. *
*Se inició la actuación con los himnos nacionales de
las dos naciones a cargo de la orquesta dirigida por el maestro Francisco
Guerrón Aguirre (Ecuador 1885/ Chiclayo 1950) e integrada por los señores
Glicerio García Campos, Víctor Mendoza Escurra y Manuel Mujica.
Luego vinieron las palabras del Sr.
Humberto Castillo Rivera como Presidente del Centro Cultural “Garcilaso”;
después del delegado del Concejo Provincial para continuar el Dr. Manuel
Arellano y Ramírez de Montenegro en representación del Rotary de Chiclayo. Acto
seguido la señorita Baltita Rioja dirigió unas palabras a la mujer mexicana,
enseguida el Dr. Mario Puga Imaña en representación del Club Unión y
Patriotismo leyó un trabajo sobre Benito Juárez para luego el poeta Arturo
Shutt y Saco hacer lo mismo con una poesía intitulada “Perú y México”.
El Dr. Arturo Cabrejos Falla como
presidente del Grupo ALBA dio unas palabras; la señorita Doris Richter cantó
canciones del folklore mexicano acompañada de la orquesta del Sr. Polito Bedoya
Bambarén. Acto seguido el poeta Nicanor de la Fuente Sifuentes dio lectura a un
interesante trabajo sobre la poesía mexicana, citando entre otros a Amado
Nervo, Juan de Dios Peza y otros. Habló también el pintor Silvio Almanza sobre
la influencia mexicana en el arte pictórico, mencionando la personalidad
artística de José Clemente Oroz. Luego hablaron el Sr. Américo Manay, el
profesor Ramón Espinoza Sierra en nombre del magisterio lambayecano, el
profesor Sergio Bermejo Quiroga como Director de Cultura del Centro
“Garcilaso”. Para finalizar se le entregó al Ing. Gallo de una pieza floral con
los escudos de México y el Perú y momentos después se hizo entrega a los
miembros de la Comisión Científica Mexicana de un artístico pergamino
recordatorio de su estadía en nuestra ciudad, siendo incorporados como socios
honorarios del Centro Cultural “Garcilaso”.
Durante la mañana del 31 de enero, la
Comisión Mexicana salió del hotel “Europa” con su equipaje rumbo a la agencia
“Roggero” de la calle Elías Aguirre frente al parque principal y al pasar por
la vereda al frente del Club de La Unión, por una de las ventanas del segundo
piso, se asomó un hombre con un vaso de licor y al verlo le dijo en voz alta:
-Sr. Gallo, recuerde que nuestros gallos
cantaron bien fuerte en el eclipse. Espero que Ud., cante muy bien sobre
nosotros allá en México.
“Si amigo, mi canto será como ‘las mañanitas’.
Salud amigo ¡Por México y por Chiclayo! POR NUESTRA AMISTAD Y GRATITUD POR TODA
LA VIDA”, siendo ovacionado por los ocasionales transeúntes que se agolparon a
su entorno y corearon su nombre.
La Comisión Mejicana abordó el ómnibus y partieron
a la capital. El Ing. Gallo estaría agradecido por toda la vida de este pueblo,
Siempre recordaría los veintiséis días que estuvo en Chiclayo.
"LA INDUSTRIA" DE TRUJILLO
NOTA FINAL
Para poder escribir este relato he buscado material
informativo que en algunos casos ha sido
difícil de hallar.
Para el primer capítulo me he valido de material lambayecano
como la “Revista Centenario” (1935), ”Del
Caproni al Mig-29 “(2005) de Juan Medrano Chavarría, del libro de Luis Roca
Torres “Japoneses bajo el Sol de Lambayeque” (1997) y de artículos diversos de Nixa,
Glicerio García Campos y uno de E. F. Chunga P., así como del “Anuario de
Lambayeque de Víctor Arenas P. (1947) .
Para el resto del relato me he apoyado en las publicaciones
de “La Industria” de Trujillo y de diarios de Lima. Gracias a la Jefa de la
biblioteca del Congreso en Lima pude obtener copia de los periódicos de esa época
(“La Prensa” “El Comercio” y “La Crónica”); también he obtenido información de
Internet. Para esta Segunda Edición me he valido de algunos ejemplares del
diario “El País” de Chiclayo de enero de 1944. Otros datos me han sido
proporcionados por chiclayanos que recuerdan los hechos del eclipse.
Lamentablemente no he podido obtener los informes de la
Comisión Mexicana y de la Comisión peruana de la Universidad de San Marcos,
pese a mis búsquedas en Chiclayo, Trujillo y Lima. Estos informes se encuentran
en la Biblioteca Nacional pero para poder tener acceso es necesario presentar una
carta de presentación suscrita por una entidad cultural reconocida, indicando cuál
es el motivo, cuántos días va a durar la investigación etc. pues no aceptan que
una persona natural esté interesada en investigar. Por otro lado, es una pena
que las colecciones de “El Tiempo” y “El País” de Chiclayo correspondientes a la primera mitad del siglo XX, que estuvieron
depositadas en la biblioteca “Unión y Patriotismo” bajo la custodia de la
Biblioteca de la Universidad Pedro Ruiz Gallo de la calle San José, se perdiera
en las lluvias de 1983 ya que por desidia de las autoridades de esa época,
permanecían arrumados en una habitación de
modo que al entrar el agua de la lluvia y empapar los periódicos, proveyeron de
un pretexto para deshacerse de la colección.

